Alejandro José Ortiz Sampablo
En ocasiones, comento con algunos colegas y psicoanalistas en formación, que dedicarnos al campo de la investigación del alma humana es un privilegio en varios sentidos. No sólo por tratar en nuestro día a día —en la atención de pacientes—, con lo más valioso que tenemos los seres humanos, nuestra psique, sino también por el saber qué adquirimos en este recorrido.
En este mismo sentido, cada evento que acontece en nuestra vida toma gran relevancia, así como las actividades que realizamos, pues en ello se nos brinda la posibilidad de seguir observando las exteriorizaciones de la vida anímica.
Las implicaciones de hacer ciencia del alma
Sigmund Freud, creador de este campo de investigación, hubo de resolver varias barreras para heredarnos la explicación de sus teorías y descubrimientos.
Una de ellas, era respecto a la confidencialidad. Transmitir dicho conocimiento a otros, sólo es posible en la elucidación de los principios y fundamentos a los que obedece el psiquismo, con la exposición de casos clínicos. Para ello, Sigmund Freud se servía de seudónimos que ocultaban la identidad de sus pacientes, aunque en ese entonces por lo pequeña que resultaba la comunidad, persistía el riesgo de que la sociedad los identificara. Por ello, muchos de sus pacientes no le autorizaron la publicación de sus casos.
En otras ocasiones, dilucidar lo que en el campo psicoanalítico llamamos Metapsicología, que no es más que la explicación del universo psíquico desde tres vertientes: lo tópico, lo dinámico y lo económico, llevaba a Freud a exponer parte de su intimidad, hasta donde el pudor se lo permitía. Aun así, no faltó quien se sirviera de este esfuerzo para atacarlo, pues junto con el esclarecimiento del aparato anímico, también dejó entrever parte de su intimidad.
El creador del Psicoanálisis mencionaba que “hacer ciencia implica pagar un alto precio”. Freud fue un hombre que enfrentó la férrea comunidad médica de su época, en aras de sostener sus descubrimientos y no se acobardó por recibir las consecuencias de develar las profundidades del alma humana.
En la actualidad, en un rincón del mundo
Muchas veces escucho a colegas repetir las mismas frases que escuché a mis 18 años, que fue la edad que tenía cuando conocí este campo del saber. En ese entonces las escuchaba con admiración; pasado un tiempo, descubrí de dónde eran extraídas y que, para escribir tales frases, Freud realizaba en sus textos un largo recorrido explicativo, mismo que, en ocasiones, el portador de esas frases no mencionaba o incluso no comprendía.
Una de esas frases aludía a los poetas, donde me daba la impresión de que la intención era ensalzarlos. “Los poetas se adelantaron al Psicoanálisis”, pues pareciera que en sus creaciones hablan de eso que Freud demora en explicar. Sin embargo, cuando en ese mismo texto menciona que “el científico con manos más toscas aborda el mismo material”, explica de que el artista no tiene que renunciar al principio de placer para realizar su labor, pues sacar de la penumbra eso que el ser humano guarda con recelo, es una actividad que difícilmente brinda fama y prestigio.
Continuará el próximo sábado…
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