Alejandro José Ortiz Sampablo
El miércoles por la mañana retomamos el dispositivo clínico "Infancia es Destino" en la Escuela Primaria "Revolución Mexicana". Al dirigirnos a nuestro destino cruzamos por la colonia Volcanes, lugar donde viví prácticamente toda mi infancia y adolescencia. Al recorrer sus calles recordé varios acontecimientos que sucedieron en ellas, algunos que pude constatar, ya que a los pocos días pasaba el voceador intentando vender sus periódicos dando a conocer la noticia.
Historias de violencia
Uno de dichos acontecimientos que recuerdo, sucedió a unas cuadras de la casa; fue una pelea a machetazos entre dos señores, donde uno resultó muerto, suceso del que se habló por varios días. Peleas entre bandas callejeras, homicidios perpetrados en los domicilios, eran otros de los hechos de violencia que sucedían en ese rumbo.
En esta semana coincidió que salí con mi querido padre; al transitar por la avenida Eduardo Mata, me comentó que le gustaría pasar a visitar a su amigo de años, Laurencio, quien vive en la calle de Rayón, cerca del Periférico. En la plática que sostuvieron, mi padre mencionó a un excompañero de su grupo de AA, que en su juventud siempre andaba “con fierro”, que es como le decían a la navaja en su época, a lo que su amigo respondió,
—¡Él, y muchos! Recuerda que en los barrios no faltaba quien te buscara bronca.
El pueblo contra el pueblo es lo de hoy
También recordé las anécdotas de violencia que de niño escuchaba en el taller de mi padre. En ese entonces me entretenía imaginando las historias de los protagonistas. Pero hasta esa noche —de la bomba molotov— no había presenciado un acto de violencia donde la integridad de mi hermana menor y la mía estuvieran en riesgo.
Al hacer memoria, recuerdo que mi primer salario me fue robado en el camión de transporte público. En otra ocasión fui asaltado a punta de pistola en el cajero de un banco. La primera situación me sucedió por descuidado, la segunda por imprudente, al acudir a un cajero de noche y ubicado en una esquina oscura de la colonia Reforma. Así que no tendría los argumentos para decir que la violencia es exclusiva de estos últimos años, sin embargo, lo puesto en el mensaje de Whats App —que les comenté en la primera nota de esta serie—, sí corresponde a una tendencia actual; me refiero a incitar la violencia entre pares, es decir, el pueblo contra el pueblo. Ahora bien, tengo la sospecha de que esto es incitado sólo por unos cuantos que se sirven del enojo, la injusticia y del dolor del mismo pueblo para azuzar a la agresión, pues en esos momentos —cuando se encuentra en tumulto— la omnipotencia del Yo se acrecienta.
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