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Canción de amor

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Brígida Sampablo Sánchez

“Por ser algo no perfecto, te amaré”.

Juan Carlos Calderón/Miguel Bosé

“El amor no termina con el enfado, es un trabajo de todos los días”. Estas son las palabras de Esperanza, mejor conocida como “Lanchita”. Así es la historia de esta mujer junto a su marido. A ella le gusta oír la radio para estar informada de las noticias del día y también para escuchar música. Algunas veces, su voz acompaña las melodías, ya que es muy alegre; al mismo tiempo, canta y baila.

Ella escucha toda la programación musical, diferentes géneros y voces, pero su cantante favorito es Miguel Bosé. Repitiendo una de sus canciones, “Te amaré”, se dio cuenta de que la letra tiene una gran semejanza con lo que ella piensa. Al menos una vez a la semana habla por teléfono a la estación de radio para solicitar la programen.

Todas las mañanas despide a su Chalito, como ella le dice a su esposo, cuando sale a trabajar. Lo acompaña hasta la puerta, le da la bendición y le canta “Con la paz de las montañas, te amaré; en secreto y en silencio, te amaré; porque así lo he decidido, te amaré” y finaliza con un “te amo”.

Este matrimonio pronto va a llegar al medio siglo de casados. Se unieron en matrimonio cuando tenían 25 años de edad. Al año llegó la primera hija y luego sus otros tres hijos; antes de los seis años de matrimonio, ya estaba la familia completa.

Como toda pareja, tuvieron dificultades que superar. Una de las más duras fue el accidente que Chalito sufrió en carretera, del cual salió ileso, aunque la pérdida de su camioneta fue total. Para Lanchita, lo más importante es que a su marido no le pasó nada.

Otro gran reto fue vender la casa en la que habían vivido por 25 años, una vez que sus hijos se fueron a hacer su vida. Cuando se quedaron solos, tomaron la decisión de comprar un lugar grande y tener en el mismo espacio su casa y el taller de Chalito, quien es artesano. Ahora viven lejos de la ciudad, llegaron ahí hace aproximadamente 20 años a empezar desde cero. Él hizo la casa, una vivienda de estructura y láminas.

A ambos les gustan las plantas y Lanchita tiene muy buena mano, así que en su jardín siempre hay flores y también frutas, como maracuyá y granada, además de chayotes y nopales. Las plantas que Esperanza siembra, Gonzalo las riega y las cuida.

Los momentos favoritos de esta pareja son cuando, para descansar de sus faenas, se sientan a platicar. Hablan de las cosas que ocurren en su colonia, también sobre sus hijos y nietos, que ahora ya son jóvenes. A Chalito le gusta leer y le comparte a su esposa la lectura en voz alta; ella escucha con atención como si fuera su alumna, luego hacen una reflexión, para después tomar lo que llaman su tentempié. Cada momento que pasan, lo hacen con disposición.

La relación no es fácil, pero tampoco imposible. Cuesta tiempo, dedicación, empeño, tolerancia, pero cuando hay amor entre dos, trabajan negociando para vencer lo que se les presenta a diario. Esto es como una empresa en donde hay que ponerse de acuerdo para que haya crecimiento mutuo y unión.

“Te amaré” es su canción favorita, porque sus versos le recuerdan que el amor es más fuerte que todo y se ha convertido en su himno.

“Otro gran reto fue vender la casa en la que habían vivido por 25 años, una vez que sus hijos se fueron a hacer su vida”.

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