Isela Sedano
La luz resplandeciente del amor en este 2022, nos acerca a la luz Divina de los ángeles y desde luego al Amor Ágape, al amor incondicional del Creador.
Este año tenemos que tomar más conciencia de lo que es el amor, no el enamoramiento; no el amor con interés o fingido, sino el verdadero amor, no el que ve el físico, sino el alma.
Los ángeles nos dan el conocimiento del origen del amor, conocimiento proveniente de Dios, cuya energía de irradiación es intensa; gobierna todo el Universo, hace que toquemos esa conciencia del todo y logremos el amor a Dios, ese que nos da alegría de encontrarlo en la Luz; así hace que descubramos lo que es la verdadera vida, vista con los ojos del corazón, con esa visión que tenemos de ella y que nos permite que nos integremos al Reino de Dios, que cumplamos nuestra tarea que es la del Dios que forma parte de la Conciencia del Todo.
Los ángeles nos ayudan a que lleguemos a la cima más elevada de nuestro Ser y nos revelemos en nuestra Luz; la Luz-Materia nos permite que entremos en un estado de vibración más elevado; nos enseñan a descubrirlo, construirlo, manejarlo y nos indica que no es tan inaccesible como muchas veces lo pensamos, sino que está en nosotros en potencia y deja que descubramos la Vida.
En la dimensión de su irradiación y exteriorización, permiten que nos demos cuenta que la Vida, no es la vida egoísta que conocemos bien, cuando nos encerramos en nuestros muros y nuestros temores, que hacen que nos veamos como una entidad ajena a nosotros mismos.
Así comprendemos que somos el huésped de nuestro cuerpo y que debemos atenderlo como lo hacemos con lo demás, con el mismo cuidado, la misma mirada y la misma ternura, para llevar una vida de servicio, pero sin olvidar nuestra individualidad y nuestras necesidades.
Los ángeles nos permiten que nos veamos como una alma entre muchas, que necesitamos nuestra atención como los demás; por el retroceso que crearon en la mirada que le damos a nuestra vida, permiten que nos deshagamos del plano emocional de la vida cotidiana; ya no tenemos la nariz pegada al cristal y sustituimos la experiencia de vida por enseñanza, libre de desórdenes afectivos y emocionales, viendo así con los ojos del alma y encontramos la Luz contenida en las cosas y en las situaciones.
Los ángeles también nos ayudan a ver la belleza de todo, la verdadera belleza del amor; esta cambia a cualquier ser y lo hace accesible a su propia Luz, que por sí misma después lo transforma; los ángeles nos indican lo que obstaculiza nuestro ascenso a la belleza del amor verdadero; ellos ayudan a quitar todas las barreras que nos impiden lograrlo, nos traen la justicia y el equilibrio a través de un gran gozo cósmico y una apertura de corazón.
También permiten que comprendamos que solo las decisiones que hacen nacer el gozo de nuestro corazón son buenas para nosotros; cuando tomamos una decisión, tenemos el derecho a preguntarnos por su legitimidad; entonces necesitamos ver por qué no hay gozo en nuestro pecho.
Con esto percibimos y apreciamos mejor la verdadera naturaleza de la decisión que tomamos; nos impulsa a entender que la tristeza no necesariamente forma parte de la Vida y que aún las decisiones no son fáciles; el gozo está allí, así se nos da la oportunidad a los seres humanos de conectarnos con el Creador y el equilibrio del Amor, desconectando las disfunciones emocionales y elevando nuestro nivel vibratorio; consiste en tener la mirada justa y equilibrada, la mirada del amor que lleva la Paz y el equilibrio ahí donde reina el desorden.
