Pasar al contenido principal
x

GALERÍA| La querendona Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

Uno, dos, tres pasos y en ese breve instante de adoquín, en mi paso sobre el Andador Macedonio Alcalá, he visto al menos tres caras con rasgos completamente distintos, pieles amarillas, negras, bronceadas. Acentos de voces que me hacen sentir orgullo de la cosmopolita Oaxaca; claro,  también están las hermosas oaxaqueñas y  esos ojos de Zandunga  que viven la Semana Santa en la Verde Antequera.

 

Los “días santos” reviven la convivencia social, el calendario pierde su conteo incesante, a no ser que seamos estrictos consumidores de lo católico. Los turistas inundan todo el centro histórico, con su vestimenta desenfadada: huaraches, chanclas, tenis, las mujeres con sus vestidos multicolor, hombros descubiertos, sombreros que buscan atajar el incesante sol del medio día.

 

 

Hay quienes perdieron la batalla contra los rayos del astro y ahora están recostados bajo la sombra protectora de alguna fachada o en algún pórtico, admiran la arquitectura, yo quisiera hacer lo mismo pero sigo mi inspección por la hospitalaria Oaxaca. 

 

 

Muchos jóvenes en grupos suben y bajan las calles del Carmen Alto hasta el Zócalo, ríen, contagian su prisa al no se dónde, porque no es hora de escuela ni trabajo.

 

 

Hay puestos de comida, olores inolvidables de los crujientes buñuelos bañados en dulce, un pan de yema con su chocolate aunque haga calor, unos plátanos o papas fritas, un clásico esquite o un elote con chile del que no pica, unas empanadas o barquillos con lechecilla, una cocada, o algo más temerario y picante como un piedrazo bien cubierto de vinagre, una delicia culinaria muy oaxaqueña.

 

 

Y le sigo con la lista porque de tanta comilona ya me dio sed,  los ricos raspados o aguas de sabor con harto hielo, de chilacayota, de naranja o jamaica, pero aún más ricas las de horchata con nieve de tuna, o las de limón con nieve de chipiona –que es la cáscara rayada de esta pequeña fruta verde– o qué tal una nieve en La Soledad, un beso de ángel...

 

 

No saben que gusto ver a mi Oaxaca de madre querendona conquistando a los extranjeros que se enamoran de sus brazos protectores y hospitalarios, que regresan una y otra vez, que caen en el "embrujo" y ya no quieren irse, que sienten tiricia si están lejos y cada año vuelven por un pedacito de la ciudad que es toda mía….

 

 

 

 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.