¿Te imaginas que en tu propio trabajo te pidan confesarte con un padre? Pues resulta ser que en una taquería con el nombre “Garibaldi” los empleados fueron obligados a “confesar sus pecados” con el único fin de averiguar quién estaba robando.
Los hechos ocurrieron en la ciudad de Sacramento California; el dueño de dicha taquería se estaba dando cuenta de que alguno de sus trabajadores le estaba robando dinero, por lo que decidió idear un plan estratégico.
El sujeto identificado como Eduardo Hernández contrató a una actor para que fingiera ser un sacerdote católico, el cual invitaría el dueño para que acudiera al restaurante y pidiera a los trabajadores pasar a confesarse, como un acto de buena fe.
Pero todo comenzó a tornarse raro para los empleados, pues el sacerdote solo quería saber cuales habían sido los pecados que habían cometido en el trabajo:
“Tan pronto como comenzó la confesión, me percaté que la conversación se tornó extraña y diferente de las confesiones normales”, explicó una de las trabajadoras.
“Me preguntó si había robado algo, si llegué tarde, si hice algo para dañar a mi empleador (la Taquería Garibaldi) o si tenía malas intenciones contra mi empleador”, aseguró en su declaración.
Lo que no se imaginaban era que cuando el padre actor confesaba a los empleados, ya estaba abierta una carpeta de investigación en contra de los dueños del restaurante, pues seguían un caso de robo de horas extra trabajadas y no pagadas, denuncias de jornadas que se extendían por más de 12 horas diarias y de 40 horas a la semana.
Los dueños presuntamente retenían las propinas que sus trabajadores ganaban y luego las usaban para repartirlas entre los supervisores.
Los investigadores documentaron que los dueños y operadores de Taquería Garibaldi buscaron activamente que sus empleados no cooperaran con la investigación federal, bajo amenazas de represalias.
¿Qué pasó después? Un juez federal sentenció a los dueños y al gerente del restaurante a pagar $140,000 a 35 de sus empleados que robó de horas extra y salarios, según concluyó el tribunal.
