Lo que se suscitó en Kenia significó una de las peores tragedias de su historia, pues un total de noventa personas fueron halladas muertas en el bosque de Shakahola, de 300 hectáreas; aunque aseguran que la cifra de fallecidos podría ser mayor.
Tras las recientes investigaciones, se determinó que las personas eran integrantes de una secta dirigida por el líder, Paul Mackenzie, quien dio la orden a sus seguidores de mantener un ayuno con el motivo de “conocer a Jesús”.
Los seguidores pertenecían a la Iglesia Internacional de la Buena Nueva (Good News International Church), en donde asisten fieles de todas las edades, incluyendo niñas y niños.
La cifra de muertos fue aumentando día con día hasta llegar al saldo de 90 integrantes y de acuerdo con los medios locales, los hospitales cercanos se encontraban en su punto máximo.
El pastor ya había sido detenido en dos ocasiones, una en 2019 y otra en marzo de este año, ya que lo relacionaban con la muerte de niños. Pero Paul fue puesto en libertad bajo fianza.
Paul Mackenzie se dedicaba a ser taxista hasta que en 2003 comenzó a predicar sobre temas como el fin del mundo. Con el tiempo, su culto creció hasta alcanzar 3000 miembros.
El pastor también había sido arrestado en 2017 por impedir que los niños de su iglesia asistieran a la escuela, afirmando que la educación no estaba reconocida en la biblia y que los menores debían estudiar el cristianismo, bajo su supervisión.
