El Consejo de Supervisores de San Francisco aprobó una polémica política que permitiría a la policía utilizar robots para matar.
El jefe de la policía, Bill Scott, enfatizó que las autoridades locales ya tienen estas máquinas equipadas con fuerza letal en su poder, pero nunca las han utilizado de esa forma y sólo considerarían su uso en situaciones extremas.
Las máquinas en cuestión no son autónomas, sino operadas vía remota por personal especializado.
“Los robots podrían equiparse con cargas explosivas para romper estructuras fortificadas donde se encuentren sujetos violentos, armados o peligrosos”, declaró un portavoz de la policía a CNN.
Quienes defienden la idea dicen que las máquinas también podrían ser útiles para incapacitar o desorientar sospechosos que representen una amenaza letal.
La medida —que aún requiere aprobación del alcalde— incluye algunas restricciones. Sólo un número limitado de altos mandos de la policía podrán autorizar el uso de los robots y únicamente después de concluir que otras tácticas no serían suficientes.
Los supervisores que se opusieron a la decisión, como Dean Preston, afirmaron que la medida tiene potencial de aumentar la militarización de la fuerza policial y, por consecuencia, hacerla innecesariamente agresiva.
Catherine Connolly, del grupo Stop Killer Robots, critica que esta política "hace que los humanos estén más y más distantes del uso de la fuerza y las consecuencias de usar la fuerza”.
En 2016, la policía de Dallas utilizó un robot de manejo de explosivos para matar a un sujeto que asesinó a cinco oficiales y había herido a otros siete.
Con información de PlayGround
