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Urgen a tratar "depre" infantil

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Entre el 3 y el 6 por ciento de los niños mexicanos menores de 12 años presenta cuadros depresivos en algún momento de su desarrollo, alertan especialistas en salud mental.


Enrique Chávez León, presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, explica que, para los 23 años, el 50 por ciento de las personas con depresión ya tuvo al menos un episodio sintomático.


"Hay una gran cantidad de personas afectadas ya en la adolescencia", dice en


entrevista.La genética y crecer en un ambiente con mucha frustración, miedo e inseguridad son factores de riesgo para desarrollar depresión, alerta Enrique González Ruelas, especialista en psiquiatría infantil de la misma asociación.


Detalla que la violencia intrafamiliar, las discusiones frecuentes, los divorcios conflictivos y pasar por alguna pérdida son ejemplos de circunstancias que aumentan el estrés de los niños.


Edilberto Peña de León, director de Investigación del Instituto de Neurociencias, Investigación y Desarrollo Emocional (INCIDE), describe que, si un niño está irritable, agresivo o regresa a otras etapas del desarrollo puede tener un cuadro depresivo.


Los tres psiquiatras advierten que las consecuencias de no tratar a los menores con depresión van desde deserción escolar e inadaptación social hasta suicidio.


"Conforme avanza la adolescencia, la frecuencia de los cuadros depresivos se hace más aparente y la depresión se asocia, por lo menos, al 80 por ciento de los casos de suicidio", apunta Chávez León.


Agrega que es un problema serio que requiere atención, pues en los últimos años las tasas de suicidio en México han aumentado en los niños menores de 14 años al pasar de 105 casos en el año 2000 a 168 en 2013, según datos del Inegi.


"Los suicidios se han desplazado de la población anciana, que era lo más frecuente hace algunos años, hacia la población joven".


Los especialistas recomiendan no dar por hecho que ser adolescente es estar triste, huraño, irritable o aislado de la familia. Si estos comportamientos son frecuentes y afectan la vida social del niño, puede tratarse de un cuadro depresivo.


Los niños, indican, no suelen expresar su tristeza, lo que puede complicar que, si pasaron por una pérdida, cierren un proceso de duelo. Por ello, aconsejan a los padres estar pendientes de su conducta: si no quieren salir de la cama ni ir al colegio o jugar o si orinan en la ropa o la cama con frecuencia.


Subrayan que hay que poner atención en malestares físicos que pueden presentarse como síntomas de depresión -si han perdido o ganado peso repentinamente-, y en problemas del sueño.


Ante esas manifestaciones, es necesario buscar ayuda con un profesional de la salud mental, sostienen, a fin de evitar que la calidad de vida del niño se deteriore y, sobre todo, mejorar los canales de comunicación para que el menor pueda expresar con confianza lo que siente.


Asimismo crear rutinas en las que se incluyan actividades que motiven al menor a salir de su entorno y a animarse con lo que hace.


Señales de alarma


Para diferenciar un cuadro depresivo de un episodio de tristeza, considere:


Si está triste:


-Será un cuadro pasajero.


-No evitará que realice las actividades que le gustan.


-Un cambio de colegio o casa, undivorcio o la muerte de una mascota puede causar tristeza.


-Si no se atiende, puede escalar a un cuadro depresivo.


Depresión:


-El niño experimenta un cambio de conducta.


-Deja de hacer las actividades que más le gustan.


-Afecta su calidad de vida.


-Presenta problemas de aprendizaje y sociales.


-Puede conducir a suicidio temprano.

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