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Un mal silencioso

Foto(s): Cortesía
Redacción

Hace días recibí un mensaje de un número desconocido en el que una joven me solicitaba un consejo. Se encontraba preocupada por una situación que es recurrente con su sobrino de 8 años; le pregunté si me permitía darle respuesta en una nota de Consultorio del alma, pues seguramente podría ser de utilidad para muchas más personas.


La anécdota


Con motivo de la cuarentena, se quedó en la casa mi hermana con mi sobrino; hace unos días nos encontrábamos mi madre y yo en la cocina preparando el desayuno, por lo que coloqué el celular sobre la mesa para escuchar las noticias en un canal de YouTube. Minutos más tarde, al momento que daban una noticia donde se miraban hechos violentos, entró mi sobrino y tomó mi celular, por lo que decidí recogerlo. Consideré que es una violencia no apta para su edad, al instante comenzó a reclamarme con gritos y llanto que "siempre hago lo mismo"; me sentí muy avergonzada, pensé que fui brusca y más aún con mi hermana, que en ese momento entraba.


Preámbulo a la respuesta


Se puede observar que la historia es rica en contenido, pero sólo abordaré lo que considero que es un mal silencioso, el posible origen de la respuesta del pequeño. ¿Por qué responde de tal manera? ¿Podríamos pensar que la manera de actuar de la tía fue demasiado violenta para que exista tal respuesta?


Años atrás comenzó la caída de los valores de lo que recibimos consecuencias en lo social, contexto que habrá de tomar siempre en cuenta. El teléfono se encontraba sobre la mesa, llegó el niño y lo tomó, este acto inocente contiene mucho más de lo que se observa a simple vista.


El celular se convirtió en parte esencial de la vida, en la mayoría de casos contiene información de uso personal e íntimo. Por otro lado, en la historia de la humanidad, algo necesario para dar origen a lo que llamamos civilización, así como a varios valores humanos, fue la propiedad privada; a reducidas cuentas, "no puedo tomar lo que le pertenece a otro, a menos que dé su consentimiento".


La respuesta


La joven quedó atrapada en el sentimiento de vergüenza. Puede deducirse que por la situación no sería correcto presuponer su origen, por lo que a la chica no le es posible observar un problema de fondo.


Algunos podrán decir "qué le costaba dejarle el celular al niño, seguramente ya ha visto violencia de esa índole en videojuegos o películas, que qué más daño puede hacerle"; otros más podrían reprender a la joven, pues el niño se ha visto violentado; y por el estilo habrá infinidad de respuestas. Es inevitable que ellas estén determinadas al menos por tres factores: las vivencias de quien las emite, la forma que se introyectó lo que llamamos ley y los discursos de la época.


Sin embargo, el problema es más complejo, pues no solamente se trata de que el niño no tiene introyectados los valores que se decantan al asimilar lo significativo que es la propiedad privada, imprescindible para abandonar lo primitivo de la vida infantil.


Recuerda


Hemos preparado un espacio de orientación, titulado Charlas en cuarentena, que se transmite de lunes a viernes en punto de las doce del día a través de www. http://mixlr.com/radiounivas. ¡No te lo pierdas!


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