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Enfermos renales, abandonados

Foto(s): Cortesía
Redacción

Las repercusiones de la diabetes en Félix Aarón Cruz Hernández minaron su salud al convertirlo en un enfermo con insuficiencia renal que requiere dializarse cada seis horas, un proceso que debe costear él mismo a falta de un programa estatal o nacional para quienes carecen de seguridad social.


Como panteonero en el municipio conurbado de Tlalixtac de Cabreram, carece de prestaciones sociales; a finales de agostom, Félix ingresó al área de urgencias del Hospital Valdivieso y egresó el 7 de septiembre pasado, pero con un catéter y la indicación de dializarse cuatro veces al día.


Odilia Hernández, su esposa, se ha dedicado a solicitar ayuda económica. Aunque el ayuntamiento no ha dejado de cubrir el pago de sus honorarios, ese sueldo y los ingresos familiares son insuficiente para pagar los 670 pesos de los insumos que le alcanzan únicamente para completar los procesos durante dos días.


Cuando Félix se hospitalizó, Odilia tuvo que pedir prestado entre ocho y nueve mil pesos “porque no había todos los medicamentos e insumos, las pastillas y las medicinas más sencillas si nos las dieron y la cirugía para ponerle el catéter no se la cobraron”.


Alta incidencia


Como jefe de la División de Medicina Interna del Hospital General doctor Aurelio Valdivieso, Miguel Ángel Cruz Reyes, sabe bien que al mes entre ocho y diez pacientes con complicaciones renales llegan al área de urgencias.


La mayoría son diabéticos y, para salvar su vida, requieren iniciar un tratamiento sistutivo de la función renal, ya sea colocándoles un catéter en el abdomen para que comiencen con la diálisis peritoneal o uno hacia el corazón para la hemodiálisis.


Como los Servicios de Salud de Oaxaca carecen de unidades donde se realicen las hemodiálisis que de una a tres veces por semana requieren los pacientes renales, se opta por colocarles el catéter peritoneal, para que el proceso lo realicen en su casa.


“Se requieren cuatro recambios diarios, lo que equivale entre 8 mil a 12 mil pesos por semana, pero esos son gastos que debe costear el paciente porque no lo cubre el Seguro Popular”, lamentó.


Sin nefrólogos


Además, en ese hospital de segundo nivel no cuentan con nefrólogos que son los especialistas que se deberían encargan de la atención a esos pacientes que componen una población flotante, ya que la mayoría es referida de otros municipios a donde vuelven después de que se les coloca el catéter.


“Deben ser entre unos 80 o 100 que acuden de manera constante al hospital. Como no hay un programa especial a nivel nacional ni estatal para quienes no cuentan con IMSS o ISSSTE, los enfermos renales están desprotegidos”, reconoció.


En esa desprotección coincidió el director del Hospital Valdivieso, Ernesto Garzón, quien estimó que por cada diez personas que han desarrollado la diabetes siete u ocho puede enfrentar un daño renal en sus diferentes etapas.

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