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Rebecca Schaeffer, una estrella asesinada por su fan

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Agencias

En Estados Unidos, el 18 de julio de 1989, a las 10:15 de la mañana, la joven actriz más prometedora del momento fue asesinada por un fan en la puerta de su casa, en la avenida Switzer, de West Hollywood, Los Ángeles. 

El obsesionado fan llevaba 3 años acosándola y hasta entonces la Policía no había hecho nada.

La víctima era Rebecca Schaeffer, famosa en Estados Unidos por la telecomedia "Mi hermana Sam". Tenía sólo 21 años cuando fue asesinada por John Bardo, un enfermo mental que creía tener una 'relación especial' con Rebecca.

El asesinato de Rebeca fue uno de los crímenes más infames del mundo del espectáculo, que interrumpió para siempre la carrera de una joven que estaba en ascenso, a punto de hacer el casting para ser protagonista de las películas "Mujer Bonita" y "El Padrino III".

Su crimen conmocionó de tal modo a los americanos, que ha sido mencionado en varias teleseries.

La muerte de Rebecca sirvió para cambiar las leyes en Estados Unidos, haciendo posible que, hoy en día, los famosos hayan podido defenderse legalmente de sus acosadores, sin sufrir el destino de Rebecca Schaeffer.

El impacto legal

Para las leyes estadounidenses, el acoso era un 'delito menor', pero a partir de la muerte de Rebeca, los casos de acoso incluso sin daños físicos pasaron a ser delitos federales con penas de 5 a 20 años de cárcel. Se creó además una Unidad Especial Antiacoso.

También hubo cambios en el departamento de tráfico de Estados Unidos, porque el acosador John Bardo pudo conocer la dirección exacta de Rebecca Schaeffer gracias a la matrícula de su coche.

John Bardo contrató a un detective privado llamado Anthony Zinkus, que de forma totalmente legal consiguió primero la matrícula del coche de la actriz, en el departamento de tráfico, y después la dirección postal asociada a ese coche.

Le dieron esos datos porque los detectives tenían permiso legal para acceder a ellos, pero tras la muerte de Rebecca pasaron a ser datos de acceso restringido, dificultando así el acceso a los famosos.

El asesino

John Robert Bardo tenía sólo 19 años cuando mató a Rebecca Schaeffer. Asimismo, Bardo también intentó conocer previamente a Madonna, a la actriz Dyan Cannon, a las cantantes adolescentes Debbie Gibson y Tiffany, e incluso a la niña Samantha Smith, que con sólo 10 años de edad se hizo famosa en Estados Unidos por escribir una carta a los líderes de la Unión Soviética, pidiendo la paz mundial.

Rebecca recibió una carta de amor de John Bardo en los estudios donde la chica grababa "Mi hermana Sam". Y los publicistas de esta serie, automáticamente, respondieron al acosador enviándole una foto de Rebecca con su autógrafo. Era la misma foto que enviaban a todos los fans, pero John Bardo, víctima ya entonces de graves desequilibrios mentales, creyó que esa foto firmada era una prueba de amor correspondido.

Estuvo tres años escribiendo más cartas a Rebecca hasta que un día, Bardo se plantó en la puerta de los estudios con un osito de peluche de metro y medio de alto y con un cuchillo de carnicero.

Comprendiendo el peligro, los guardias de seguridad echaron del estudio al acosador de Rebecca. Y él, decepcionado, pasó del cuchillo y consiguió un Magnum 357 para vengarse. El propio John Bardo, ante las cámaras de la policía, acabó confesando su crimen de forma escalofriante.

La víctima

Rebecca Lucile Schaeffer nació en Portland, Oregón, y era una guapa chica de pelo castaño, ojos marrones y de 1.70 metros de estatura, que soñaba con ser actriz desde los 14 años de edad, cuando participó como figurante en un telefilm grabado en Oregón. No se mudó a Hollywood hasta cumplir los 18 años, pero nada más llegar consiguió su primer papel como actriz, en el capítulo de "Cuentos asombrosos".

Después llegó el éxito de "Mi hermana Sam", y la carrera de Rebecca parecía imparable, porque convenció a Woody Allen para que le diese un papel en "Días de radio". Compartió pantalla con Burt Lancaster en la dramática "Viaje al terror: la historia del Achille Lauro" y fue invitada por Francis Ford Coppola a participar en el casting de "El Padrino III". Rebecca Schaeffer era la gran favorita para un importante papel en esta película, pero al final no llegó a interpretarlo porque ella fue asesinada la misma mañana del casting.

Siendo muy chica, Schaeffer se mudó a Nueva York para iniciar una carrera artística. Primero consiguió un rol en la telenovela One Life to Live, pero en 1986 empezó su despegue definitivo en la televisión cuando la contrataron como una de las protagonistas de la serie "Mi hermana Sam" en 1986.

La serie significó su estadía definitiva en California a partir de ese momento. Schaeffer estaba viviendo un sueño. No solo estaba triunfando en la TV sino que también salía en las tapas de cuanta revista se publicaba: People, Seventeen, TV Guide.

Qué decían de Rebecca Schaeffer quienes trabajaron con ella

“Era una especie de misterio lo que pasaba con ella porque si quería hacer algo, podía hacerlo. Realmente aprendió mirando y haciendo. Todo fue fácil”, contó, también a la cadena ABC, su padre, Benson Schaeffer, en un especial que se emitió cuando se cumplieron 30 años del asesinato.

Sus compañeras de "Mi hermana Sam" también la recordaron. “Era una joven única. Hermosa y divertida. Habría sido una actriz notable”, comentó la actriz Jenny O’Hara, integrante del staff de esa comedia.

“Estaba ocupada viviendo su vida, conociendo gente y teniendo amigos. También tenía novio”, agregó Pam Dawber, la coprotagonista de la misma serie.

Luego de su paso por la serie, Schaeffer empezó a tener otros trabajos y el cine le abrió la puerta.

Llegó una película de mirada adulta, "Scenes From the Class Struggle" en Beverly Hills, como primer prueba. Salió bien parada y, por eso, le llovieron otras propuestas: "Mujer Bonita" y "El Padrino III" estaban en el horizonte.

En las sombras, sin que ella lo supiera, un acosador rondaba por su vida. Robert John Bardo, obsesionado con Schaeffer, estaba por ejecutar su plan mortal.

El asesinato

El 18 de julio de 1989, el asesino John Bardo llamó a pórtico de Rebecca y la chica bajó hasta la calle para abrirle la puerta en persona, porque no funcionaba el interfono.

Cuando vio que era un fan, Rebecca le echó de mala manera, porque la actriz tenía que irse a toda prisa ¡al casting de "El padrino 3"¡. Bardo esperó 20 minutos junto al pórtico y volvió a llamar al timbre, esta vez con la pistola preparada hasta que le disparo en el pecho.

Rebecca murió casi en el acto, y John Bardo fue detenido tan sólo un día después del asesinato.

El juicio del homicida

“Tengo una obsesión con lo inalcanzable. Tengo que eliminar lo que no puedo lograr”, le escribió Bardo en una carta a su hermana, poco antes del crimen. Eso, demostrado en el juicio, fue una de las pruebas que llevaron a que recibiera la cadena perpetua.

Bardo fue declarado culpable de asesinato en primer grado y sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. 

El hombre no estaba loco, sino obsesionado, fue la conclusión judicial a la que se llegó. Bardo fue recluido en la prisión de Mule Creek.

El atroz crimen que cometió significó un duro golpe para Hollywood que se conmovió con el destino trágico de una estrella en ascenso.

 

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