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El monstruo que confesaba sus asesinatos en serie a través de Facebook

criminal-detenido
Foto(s): Cortesía
Luis Ángel Márquez

Agencias

 

Óscar García Guzmán, mejor conocido como ‘El monstruo de Toluca’ es un asesino mexicano acusado de varios cargos de feminicidio, violación y desaparición de personas, quien afortunadamente ya se encuentra preso después de recibir su primera sentencia recientemente.

Lo que causó un gran impacto en el peligroso feminicida es que se mantenía activo en redes sociales y difundía las fotografías de las mujeres que elegía como víctimas en las alertas emitidas por la fiscalía, algo que consideraba como sus trofeos, sintiéndose a sí mismo como un asesino en serie.

Jessica Guadalupe Jaramillo, de 23 años, era una joven estudiante de Psicología y madre soltera muy aplicada y responsable. Desde que el padre de su hijo, en ese entonces de diez meses de edad, la había abandonado, lo único que hacía era criar a su bebé, estudiar, asistir a la Universidad Tecnológica de Toluca (México) y volver a la casa de sus padres. Allí vivía y repetía esa misma rutina semana tras semana. Pero el 24 de octubre de 2019, Jessica avisó que no iba a volver esa tarde después de la facultad.

“No se preocupe, me voy a casa de Óscar a una fiesta”, decía el mensaje de texto que su papá recibió. Al hombre, que la buscaba con el auto todos los días una vez que terminaba sus clases, le pareció raro. Su hija nunca iba a fiestas. Además, había algo en esas líneas que no le sonaba del todo a ella. Entonces, decidió llamarla y sacarse la duda. Una vez. Dos veces. Tres. Cuatro. Nada. No solo nadie atendía del otro lado: el teléfono estaba apagado. Y de la preocupación pasó al miedo. Sobre todo cuando se dio cuenta de que ese Óscar del mensaje de texto podía no ser el padre ausente de su nieto, del mismo nombre, en quien había pensado en un principio. Quizás este Óscar era ese que Jessica les había mencionado alguna vez, un poco asustada. Aquel compañero suyo de la universidad que la miraba fijo y la seguia por la calle de vez en cuando.

Desesperados, los padres de la joven fueron hasta el domicilio del acosador. La dirección la consiguieron a través de otros estudiantes, al igual que su nombre completo: Óscar García Guzmán. Una vez allí, vecinos les dijeron que habían visto entrar a Jessica a la casa, pero no salir.

Convencidos de que García Guzmán tenía cautiva a su hija, el matrimonio se dirigió hasta la comisaría más cercana para hacer la denuncia correspondiente. Pero la Policía les indicó que, para proceder en su búsqueda, debían transcurrir al menos 24 horas. Cuando por fin el tiempo pasó, la efectivos se trasladaron con ellos hacia la puerta de la casa en cuestión. Tocaron y tocaron a la puerta, pero nadie contestó. Y se rindieron. Les explicaron a los familiares que no podían hacer más que eso sin una orden de allanamiento, y se retiraron del lugar.

Pero los Jaramillo se quedaron ahí. Estaban seguros de que Jessica estaba adentro, y si las autoridades no iban a hacer nada al respecto ellos, por lo menos, iban intentarlo. Hicieron sonar el timbre una y otra vez hasta que, por fin, Óscar salió.

-Déjenos entrar. Sabemos que Jessica está ahí-, le dijo el hombre.

-Váyanse. Si entran les baleo. Aquí no hay nadie. No conozco a ninguna Jessica-, les respondió el dueño de casa, furioso.

La situación era intimidante. Sobre todo por la presencia de los perros de García Guzmán, entre ellos un feroz Pitbull que no paraba de ladrarles. Aún así, no se dieron por vencidos. Siguieron vigilando la casa y los movimientos del presunto captor, hasta que consiguieron la prueba definitiva de que estaban en lo cierto. El 26 de octubre, la señora Jaramillo les señaló a su esposo una de las ventanas de la casa. A través de la misma, por un instante, vieron a su hija. Y no la vieron bien. “Estaba rara. Ida”, le dijeron más adelante a los medios de comunicación, luego de que, por fin, la Policá se dignara a ingresar a la propiedad. Cinco días después de que la denuncia fuera realizada. Demasiado tarde.

La orden de allanamiento recién llegó una vez que Óscar declaró en la fiscalía local. Había sido citado debido a la perseverancia de la familia Jaramillo, que seguía “acampando” frente a su casa. La orden judicial fue aprobada luego de que García Guzmán se contradijera respecto a su testimonio inicial. Había admitido que sí conocía a Jessica y que ella había estado en su casa el 24 de octubre, pero que la había acompañado a tomarse un taxi después de unas horas y no había vuelto a saber de ella. Cuando la Fuerza estuvo lista para ingresar al domicilio, Óscar ya había regresado y vuelto a salir, cambiado y con una mochila, frente a las narices de los desesperados padres de la joven desaparecida.

Jessica Guadalupe Jaramillo fue encontrada muerta en el baño de García Guzmán, con signos evidentes de estrangulamiento. Pero su cadáver no fue el único que hallaron los efectivos. En el patio, debajo de la cucha de sus perros, los cuerpos sin vida de otras dos mujeres habían sido enterrados a pocos metros de profundidad. Fue entonces que todos se dieron cuenta que quien se les había escapado no era solo un perturbado acosador devenido en feminicida. Óscar García Guzmán era un asesino serial.

Sentencia

De acuerdo a información de La fiscalía general de la república (FGR), el monstruo de Toluca fue sentenciado por dos crímenes hasta el momento, cuya condena acumula un total de 30 años de prisión, ya que tras ser vinculado a un nuevo proceso por violación, recibió 12 años y seis meses de cárcel por el delito de violación genérica en contra de una compañera de escuela a quien drogó, violó y agredió física y sexualmente.

Por otro lado, recibió una condena de 17 años y seis meses por la desaparición de una mujer, por lo que ahora cumple su condena en el penal de Almoloya, en espera de la conclusión de investigaciones de las autoridades por otros crímenes de los que se le acusa, lo que probablemente aumentará su condena por muchos años más.

Una activista llamada Frida Guerrera Villalvazo fue la pieza clave para la captura del asesino, ya que se hizo pasar por una víctima potencial y logró conseguir las confesiones del feminicida, así como datos importantes sobre su identidad y dónde se encontraba, con lo que fue la responsable indirecta de su captura.

Óscar García Guzmán fue capturado la noche del 6 de diciembre, mientras comía en una tortería de la Ciudad de México, luego de permanecer 37 días prófugo. El Monstruo de Toluca opuso una fuerte resistencia, demostrando sus habilidades de Krav Maga. Tuvo que ser reducido por seis efectivos policiales.

Durante una entrevista ofrecida por la activista, declaró que Óscar N. Es un sujeto con mucha ira, además de que le dio detalles de los ataques contra sus víctimas, como la tortura a la que sometió a Mónica, y la fecha en la que asesinó a Adriana González Hernández en 2018 y a Martha Patricia Nava Sotelo en 2019.

Perfil del Monstruo

Una psicóloga llamada Feggy Ostrosky analizó la personalidad del peligroso feminicida, declarando que tiene tendencias manipuladoras, narcisistas y violentas, operando de manera que sus víctimas lo vieran como alguien en quien confiar y cuando bajaban la guardia atacaba y las asesinaba.

Hasta el momento, el Monstruo de Toluca enfrenta cinco procesos penales, aunque no se sabe si en estos se incluye su propia familia, pues incluso reveló en una llamada con su madre que asesinó a su papá, siendo después de su detención cuando hizo esta revelación, pudiendo llegar a una condena de cadena perpetua.

 

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