El arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello urgió a cultivar la fortaleza por ser la virtud y el valor que anima a afrontar los obstáculos y conflictos en la vida.
“Es la fuerza que mueve a realizar lo que parece imposible”, remarcó.
En rueda de prensa, el jerarca religioso sostuvo que en las contrariedades de la vida no es difícil bajar los brazos, más cuando la corrupción, la violencia y la criminalidad, parecen rebasar la capacidad de respuesta.
“Nos sentimos impotentes, nos parece que cualquier esfuerzo sirve muy poco y es casi inútil luchar por mejorar nuestra sociedad. ¡Nada más falso y peligroso!”, asentó.
Subrayó que quien no tiene fortaleza, pronto se desmoraliza y se rinde ante las dificultades y problemas de la vida; teme cualquier oposición y crítica, vive inseguro, se guía por lo que piensan y hacen los demás, se refugia en la evasión y cae en la mediocridad”, añadió.
Destacó que los grandes hombres y mujeres se forjaron en dificultades y desafíos, más no en la comodidad o en una vida fácil, como Gandhi, Mandela, Marthin Luther King y Malala, en la lucha no violenta y paciente contra la injusticia.
Oración y sacrificio
El arzobispo Chávez Botello invitó a todos los fieles de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, a promover y preparar bien la jornada intensa de oración y sacrificio por la Reconstrucción, la Reconciliación y la Paz del país y de Oaxaca, el próximo día 25, fiesta de la conversión de San Pablo.
“Ellos, mirando el bien de los demás, se negaron a bajar los brazos y a permanecer caídos”, añadió.
Pues –afirmó–, cuando se carece de fortaleza interior, “se acude a la fuerza de las armas, de la mentira, a la corrupción y a la violencia, en posturas radicales, en alianzas de intereses o de poder”, ya que “es la tierra fértil para la violencia y desastres sociales”.
Sin embargo, destacó que quienes cultivan la fortaleza pueden afrontar con entereza las enfermedades, los conflictos y soportar injusticia, pues “son personas quienes se levantan tantas veces cuantas sean derribadas”.
“Si pierden una batalla, se reaniman y se ponen de pie; si ganan, se preparan para otra victoria mayor”, apuntó.
Aunque, reconoció que la fortaleza “no quita los desafíos y los problemas de vida, pero si se robustece y madura en las dificultades, da la fuerza interior para afrontarlas, resolverlas o para sobrellevarlas con entereza”.
“No basta tener disponibilidad y buenos proyectos; de poco o nada servirán si no cultivamos la honestidad y fortaleza interior”, insistió.
De esta manera, felicitó y alentó a hombres y mujeres quienes tienen el valor de decir no o si, cuando esto comporta salvar la justicia, la verdad, la vida de las personas y el bien de la comunidad.
Ante ello, dijo que la Iglesia Católica continuará pidiendo al Señor multiplicar mensajeros y testigos de fortaleza en todos los sectores, “sobre todo, en el campo de la política, de la justicia, de la educación, de la economía, de la empresa y el mundo del trabajo”, así como de “los medios de comunicación y en los hogares”, pues sin fortaleza “nadie está dispuesto a enfrentar los peligros ni a soportar las adversidades y por donde se pase, sólo dejará mediocridad y huellas del mal”.
“Desde la fe imploremos y cultivemos con paciencia y constancia la fortaleza; es el mensaje de la Virgen santísima ante la cruz, que ella nos enseñe a ser fuertes para estar como ella de pie ante la Cruz”, terminó.
