Por complicaciones en su salud a causa del coronavirus, el párroco del templo de Santo Domingo de Guzmán, fray Francisco Javier Zugasti Landa falleció ayer a los 80 años en la conmemoración del Jueves Santo, día de la institución de la eucaristía y el sacerdocio.
El presbítero, nacido el 1 de octubre de 1941 en Vidaurre, Navarra, España, fue el prior de la comunidad de frailes dominicos en Oaxaca y también secretario de la Provincia de Santiago de México.
Zugasti Landa se contagió en la segunda semana de marzo pasado, junto a los también frailes dominicos Alejandro María Latapí Díaz, José Luis Martínez y José María Castro.
A causa de esto, el inmueble se encuentra cerrado al culto público desde hace tres semanas.
En una comunicación, la Provincia de Santiago de México lamentó el deceso de fray Zugasti Landa, pero también manifestó su alegría porque participa ya de la Pascua definitiva, con María Santísima y su padre Santo Domingo.
El presbítero profesó sus primeros votos el 1 de octubre de 1959, para después ser ordenado sacerdote el 7 de julio de 1966.
En el 2016, conmemoró el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal en el templo de Santo Domingo de Guzmán con grandes muestras de cariño y afecto de la comunidad católica.
“En México fue muy querido por sus hermanos de religión y por todos los que le trataron, especialmente en la ciudad de Oaxaca, donde vivió y sirvió con generosidad y caridad estos últimos años”, afirmó la organización religiosa.
La Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, también manifestó su pesar por el deceso de fray Zugasti Landa y pidió a la comunidad católica orar para que Dios misericordioso lo reciba en su gloria y fortalezca a los frailes dominicos.
Además, ofreció su respaldo a la familia de la señora Olga Solís, cocinera del convento de Santo Domingo de Guzmán, quien también murió ayer y fue llamada por Dios a la patria eterna.
Llamado a orar
Como otros sacerdotes, fray Zugasti Landa utilizó las redes sociales durante la pandemia del coronavirus para convocar a la comunidad católica a orar y así fortalecer su fe.
“Ante esta situación que vivimos por el coronavirus no nos podemos reunir, pero si podemos orar no solamente para que Dios nos aleje del mal, sino también para vivir la fortaleza de la fe y tener una alegría profunda durante esta pandemia, porque creyentes y seguidores de Jesús, habita en nosotros”, pidió en una ocasión.
