El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos pidió ayer la intercesión de Nuestra Señora de La Soledad ante su hijo Jesucristo para que terminen los incendios forestales registrados principalmente en comunidades de las regiones de los Valles Centrales y de la Sierra Sur.
“Cuánta preocupación, angustia y sufrimiento están pasando las personas, las familias y los pueblos”, lamentó.
En la homilía de la misa mensual por el Año Jubilar, oficiada en la Basílica Menor de la Patrona de Oaxaca, el mitrado dijo que un sacerdote se comunicó demasiado preocupado con él para requerir su ayuda por una gran conflagración sucedida en los bosques de su comunidad.
“Además de pedir mi oración, me pidió hablar con alguien para que fueran personas a ayudarlos, porque solos no pueden ni saben qué hacer. Me dijo necesitamos de personas que sepan cómo atacar los incendios forestales. Le respondí hacer oración y lo que está a mi alcance y le pedí que se cuidaran de las llamas”, asentó.
Por eso, rogó la intervención de Nuestra Señora de La Soledad para que esas comunidades tengan tranquilidad y vivan en paz, sin incendios forestales.
“Hay mucho dolor y tristeza en los pueblos que ven como lo que tienen ellos, el campo y el bosque son destruidos por el fuego”, anotó.
Aunque, también solicitó a los habitantes de esas comunidades seguir cuidando a los bosques y sobre todo, no cometer la imprudencia de provocar intencionalmente los incendios forestales.
“Estén al pendiente, tengan mucho cuidado”, añadió.
Aparte de esto, imploró la protección de Nuestra Señora de La Soledad para que todos los oaxaqueños reciban prontamente la vacuna contra el coronavirus.
“Seguimos preocupados por esta situación, aunque ya hay una llama de esperanza, porque ha empezado la vacunación de las personas mayores, quienes están en mayor riesgo, como yo, que ya tengo 70 años”, agregó.
Sin embargo, el pastor religioso destacó que nadie debe descuidar las medidas sanitarias, fundamentalmente el uso del cubrebocas, el lavado constante de manos y la sana distancia, después de haber recibido la inoculación.
