Durante el último mes del año, en Oaxaca se celebra a las tres vírgenes más conocidas de México. Se trata de la virgen de Juquila, la virgen de Guadalupe y la virgen de la Soledad.
La primera muestra de fé la conmemora este 8 de diciembre, a la medianoche se ofrecen mañanitas y cantos por el gran día en honor a la virgen de Juquila.
Apenas cuatro días después, la celebración pasa a un ámbito nacional con la fiesta en honor a la virgen de Guadalupe cuyo relato señala que apareció un 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac.
Los registros indican que la virgen María se le apareció a Juan Diego en dos ocasiones; en la primera le instruyó un mensaje al Obispo Fray Juan de Zumárraga para erigir un templo.
La segunda aparición es quizá la más conocida, trata sobre el momento en que Juan Diego corta flores y las lleva en el prelado que al descubrirse muestra la imagen de la virgen que desde entonces se venera con el nombre de Guadalupe.
Pero la devoción de los oaxaqueños centra su atención en la celebración a la virgen de la Soledad
Los datos históricos señalan que todo inició un 18 de diciembre de 1620, cuando un arriero en su paso por Oaxaca llevaba consigo una mula, misma que cayó al suelo por el peso de la carga.
La historia cuenta que al interior de una caja los habitantes de Oaxaca encontraron la imagen de la virgen a la que le construyeron el templo.
En cada una de las celebraciones los oaxaqueños resaltan por la presencia de la verbena popular que se ofrece en los templos, en donde abunda la comida típica local.
