Sin debilitar la importancia y prioridad de la atención de los daños provocados por los recientes sismos, los perjuicios de los conflictos sociales son más cuantiosos, graves y extendidos en Oaxaca, aseguró ayer el arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello.
“Han dejado más muertos, heridos, pobreza, corrupción, ambición y violencia”, asentó.
En conferencia de prensa, después de oficiar la misa dominical en la Catedral, sostuvo que esta situación ha fomentado la irresponsabilidad y el deterioro de valores fundamentales en los diferentes campos e instituciones de la sociedad.
“Se buscan más los intereses personales o de grupo que el bien común, ventajas inmediatas y pasajeras, pero se descuida lo más importante y estable”.
Es triste y duele constatar –asentó–, que además de sufrir los daños de los terremotos y del deterioro a nivel nacional, “se ahondan las heridas causadas por miembros y hermanos de la misma familia de Oaxaca, pues se ha debilitado el respeto a la palabra dada y a los compromisos”, ya que “se comercia y pisotea la misma vida de las personas”.
“Parecería que no solamente quieren hundir sino destruirá su misma familia”, remarcó.
Subrayó que esta situación exige a todos ver y escuchar desde el corazón los clamores de dolor y sufrimiento de miles de hermanos quienes, a pesar de su trabajo honesto por sobrevivir y superarse, se ven frenados por intereses contrarios a la vida y al bien común.
“Nos exige reflexionar tomar posturas constructivas como personas en cada familia y comunidad”, apuntó.
Destacó que la política, la economía, la educación, los sindicatos, las organizaciones y las comunidades, están más exigidos a revisarse y a cambiar, pero sobre todo, “quienes sirven en las instancias públicas y viven de los impuestos de los que sufren y aportan con sacrificio”.
“No podemos seguir así dejando que se dañe a tantos hermanos, no podemos ser cómplices por nuestra irresponsabilidad o pasivismo. No debemos cruzarnos de brazos ni esperar que otros lo hagan, no pensemos que después de décadas de vivir así, ya no hay remedio.
"Seamos luces encendidas"
Ante esto, Chávez Botello llamó a padres de familia, jóvenes y quienes tienen responsabilidad en la sociedad a ponerse en movimiento, porque todos “tenemos la obligación de colaborar según nuestra capacidad y situación”.
“Seamos luces encendidas en la noche para responder a esta emergencia social y luego emprender una verdadera reconstrucción de la sociedad. Para los católicos es una exigencia grave desde la fe, (pues) no se puede creer en Dios y dañar a los demás; rescatemos el sentido de la vida y del trabajo”, terminó.
“Ante esta emergencia social, urge sacar lo mejor de cada uno para reconstruir juntos el tejido social; unirnos con los que ya trabajan y se gastan realmente por ayudar a levantar personas concretas, familias, comunidades y el bien común de nuestra sociedad que tanto ha sufrido”, culminó.
