Desde que en 1983 finalizó el período de 25 años de explotación que empresas hacían de sus bosques, las comunidades y ejidos de la Sierra Norte han demostrado que el aprovechamiento forestal se puede realizar desde la sustentabilidad, la responsabilidad social y ambiental, junto con una economía competitiva.
Un ejemplo es Ixtlán de Juárez, que a través de sus siete empresas comunitarias se ha apropiado del aprovechamiento forestal y destinado utilidades al desarrollo de la población, pero sobre todo al cuidado del bosque.
El buen manejo de su recurso forestal ha sido reconocido desde el 2001, año en que se convirtieron en una comunidad certificada por FSC (Consejo Mundial del Buen Manejo del Bosque por su siglas en inglés).
En 35 años de ejercer la soberanía de los bosques serranos, se han dedicado a revertir “el saqueo” de las empresas que tenían autorización para talar indiscriminadamente sus bosques de pino, sobre todo “los de gran tamaño y los mejores, dejando los de menor diámetro”, como lo aseguró el presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Ixtlán, Félix Ruiz Pacheco.
Vigilancia estricta
Un programa de manejo forestal, una vigilancia estricta de las autoridades ambientales, pero sobre todo la determinación de aprovechar exclusivamente la madera de 5 mil hectáreas de las 19 mil 300 que conforman el territorio de Ixtlán y dejar el resto para la conservación, les permite poseer bosque biodiversos.
“Nuestros bosques están mejor conformados que los que se tenían hace 30 años cuando se aprovechaba el pino y nos dejaban el encino, además de que hemos recuperado cientos de especies de plantas y animales”, dice con orgullo Ruiz Pacheco.
Contra el gusano defoliador
35 por ciento de las utilidades de las empresas comunitarias como Ecoturixtlan o la fábrica de muebles se destinan precisamente a la conservación de ese bosque, como los dos millones de pesos que han canalizado a sanear 650 hectáreas dañadas por el gusano defoliador.
Son 12 mil 600 hectáreas de bosque en la Sierra Juárez que se ven afectadas por esa plaga que el Gobierno del Estado se ha negado a destinar recursos para su combate.
Después de iniciar el año, solicitaron al titular de la Comisión Estatal Forestal Oaxaca (Coesfo), Alfredo Aarón Juárez Cruz, que se destinaran seis millones de pesos a acciones de mitigación, pero no se autorizó un solo peso.
Salvo el apoyo para asperciones aéreas que autorizó la Comisión Nacional Forestal (Conafor), las asperciones terrestres, escarificaciones y quemas controladas para combatir el gusano defoliador ha sido un trabajo en solitario de las autoridades comunales y ejidales.
El presidente de Bienes Comunales de Ixtlán reconoce que si no se generaran recursos a través del aprovechamiento forestal de sus bosques, la conservación sin apoyo oficial sería casi imposible.
Por eso, la apropiación de esa soberanía sobre sus recursos forestales será celebrada a partir del viernes 26 de octubre con una serie de actividades que concluirán el domingo 28 de octubre y que incluyen una expoferia, conferencia magistrales, un foro infantil y juvenil, actividades culturales y deportivas, así como recorridos por el bosque.
