La mayoría de los robos a transeúntes en la capital del estado quedan impunes por la falta de la cultura de la denuncia. Muchos de los responsables de estos delitos quedan en libertad, porque no hay parte ofendida, explicó el comisionado de Seguridad Pública y Vialidad Municipal del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, Jorge Alberto Guillén Alcalá.
En promedio, detalló, se detiene entre 35 y 40 personas. Algunas de ellas por robos de carteras, de teléfonos celulares y cadenas; la mayoría de ellos son jóvenes reincidentes que no pueden ser puestos a disposición de la Fiscalía porque no hay denuncia.
El robo entonces, se convierte en falta administrativa y son liberados tras cumplir horas de arresto o pagar una multa.
“Si no hay una cultura de la denuncia. Si no nos reivindicamos como sociedad, esas personas que están detenidas van a salir libres y volverán a delinquir”, puntualizó tras afirmar que la gente únicamente se presenta a reclamar lo que se les ha robado pero se niegan a interponer una denuncia porque les quita tiempo.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo Nacional del Sistema de Seguridad Pública (SENSSP), el año pasado se cometieron un total de 3 mil 318 robos; de los cuales mil 505 robos fueron a transeúntes y de estos 391 se ejercieron con violencia. Esta cifras advierten además que el 93 por ciento de los delitos no se denuncia.
El comisionado Guillén Alcalá dijo que estos delitos son perpetrados en su mayoría por jóvenes entre los 16 y 24 años de edad. El robo de joyería y celulares ocurre principalmente en la Central de Abastos, mientras que los “cristalazos” a carros y robo de llantas se dan en el Centro Histórico y en la colonia Reforma.
Otros de los delitos que han pegado en la capital del estado, apuntó es el robo de vehículos que son modificados y revendidos, o desmantelados. Según el SENSSP, 142 robos de vehículos en la ciudad; 139 de los casos se realizaron sin violencia.
El funcionario municipal opinó que el hecho que los robos sean cometidos en su mayoría por jóvenes revelan que el tejido familiar “está fracturado” y que hay una “convivencia desordenada” en la ciudad de Oaxaca.
Esto también se refleja, dijo, por el número de llamadas a las líneas de emergencia. “Las llamadas que más se reciben es por persona agresiva y por violencia intrafamiliar, hasta un 40 por ciento más por encima del delito de robo”.
“El tejido social de la familia”, recalcó, “está lastimado, hay mucho consumo de alcohol. Tenemos que ver lo que está pasando, para devolver la convivencia pacífica en la sociedad”.
