De existir una estrategia integral que impulse la conservación de la semilla, junto con la recuperación de suelos y la suficiencia hídrica, la producción de maíz nativo en Oaxaca podría duplicarse.
Así lo advirtió el gerente del Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt), Jaime Leal González, que ha desarrollado ensayos en semillas nativas mediante el programa MasAgro productor, que en específico impulsa capacitaciones e investigación aplicada, mientras que con MasAgro Maíz se prueban las metas de producción de semillas nativas en seis puntos de la entidad.
Enlazar la investigación y el mercado
La Integradora Empresarial del Río Verde, que aglutina a 80 productores de la Costa, es un ejemplo de que en Oaxaca es posible alcanzar altos rendimientos conociendo la cadena de valor a la par de aplicar la tecnología y la investigación, es decir "enlazar la investigación con el mercado", un modelo de negocio poco común en Oaxaca.
José Esteban Sotelo Mariche, representate legal de esa Integradora que se constituyó desde 2014, consideró que se requiere de un programa integral que en el estado impulse la producción del maíz, atendiendo sobre todo la capacitación y acompañamiento tecnológico de los productores para sugerirles nuevas innovaciones y esrategias que les permitan aprovechar el potencial del campo:
"Se necesita un frente en el que confluyan dependencias del Gobierno Federal, Estatal, investigadores y productores para que no se hagan iniciativas aisladas que deja el crecimiento del productor a su capacidad individual, sin que haya un esfuerzo integral que replique experiencias de éxito".
Recordó que en la zona de la Costa los productores siempre han sembrado maíz nativo sin un mercado seguro, salvo para que se comercialice con las tortillerías locales.
Hasta tres toneladas
"El tuxpeño es una raza de maíz nativo que si se siembra de madera tradicional en zonas planas de municipios como Villa de Tututepec, Santiago Jamiltepec y Pinotepa Nacional se obtiene de 2.5 a 3 toneladas dependiendo del temporal", pero desde 2017 le apostaron a implementar siembras con sistema de riego, paquete tecnológico y capacitación que les permite alcanzar cinco toneladas por hectáreas.
En este año estiman juntar entre 600 a 800 toneladas de maíz blanco nativo, de las cuales se exportarán a Estados Unidos entre 200 y 300 toneladas.
"La clave para el productor es tener un mercado que permita hacer un plan para sembrar más y recuperar la inversión, porque el problema de los incentivos gubernamentales es que llegan a destiempo y debemos optar por la organización, solicitar líneas de crédito y vincularnos con instancias como Cimmyt, la Universidad de Chapingo y centros de investigación que permiten utilizar laboratorios para obtener más del campo", explicó.
Sin dependencia del temporal
Desde el 2018 la integradora comenzó a instalar un Centro de Validación y Transferencia de Tecnología Rural en cinco hectáreas en la comunidad Los Llanos del Espinal en Villa de Tututepec, donde han sumado la participaciones de instituciones como Cimmyt e Inifap para realizar pruebas de rotación de la siembra de maíz con leguminosas, girasol o piña para aprovechar mejor el sistema de riego presurizado a base de energía solar y dejar de depender del agua del temporal.
"Ese espacio es un ejemplo para llevar al productor y demostrar que hay resultados a través de la iniciativa propia y el financiamiento, aprovechando el potencial de las planicies y alcanzar hasta diez toneladas de maíz nativo por hectárea en un año, dividido en dos ciclos", a diferencia de las tres toneladas promedio que se pueden alcanzar al año si sólo se depende del temporal y éste es bueno.
