Cuando Andrés Manuel López Obrador asuma la presidencia de la República encontrará en Oaxaca un campo rezagado y olvidado por las políticas públicas de gobiernos priistas y panistas, los cuales aplicaron programas “poco funcionales”, con la marca de la burocracia y la corrupción.
Al compartir ese análisis, el investigador del campo experimental Valles Centrales de Oaxaca del Instituto de Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), Rafael Rodríguez Hernández, no es pesimista.
Si cree que el panorama de las actividades primarias en Oaxaca puede cambiar con la llegada de López Obrador al poder es porque se tiene lo más importante:
“Una gran tradición agrícola y campesinos trabajadores con ganas de superarse, quienes a diario labran duro sus tierras”, afirmó.
Además, consideró que no se parte de cero porque los investigadores e instituciones “hemos trabajado bien el sector y tenemos mucha informaciòn de cìtricos, cafés, maíces criollos y otros agroalimentarios” para mejorar su rendimiento.
“Si es posible cambiar la baja rentabilidad del campo si se impulsan programas más eficientes, cercanos a la gente, menos burocráticos y sin corrupción”, a la par de tecnologìa y asistencia técnica.
El reto será propiciar la suficiencia alimentaria y lograr un excedente para que se dejen de comprar fuera de unidades rurales o comunidades granos tan básicos como el maíz.
