Oaxaca iniciará 2017 con una gran amenaza que pone en grave peligro la salud pública: la drástica disminución de agua de calidad para consumo humano, por contaminación de basura y líquidos negros, advirtió el agrónomo Mario Alberto Pérez López.
"No estamos ante un problema menor, si reconocemos que 61 millones de metros cúbicos de aguas residuales son vertidas anualmente a espejos de agua como arroyos, ríos y lagunas, y otra parte desemboca en el Océano Pacífico", señaló el también productor de alimentos orgánicos y ex coordinador de la Unidad Económica de Saneamiento Forestal del municipio de San Juan del Estado.
Expresó que los gobiernos estatal y federal reconocen esta realidad, pero no hacen absolutamente nada por contrarrestar el problema. Por ello, resulta inaceptable que de 160 plantas de tratamiento de aguas residuales que había al inicio del año en en la entidad, sólo 70 operan regularmente y las diez restantes están fuera de servicio.
Explicó que el análisis más reciente realizado por expertos, con la colaboración de la Comisión Nacional del Agua, señala que la población total de la entidad genera por segundo 5.5 metros cúbicos de aguas negras.
Sin embargo, la estructura instalada sólo tiene capacidad para tratar 3.5 metros cúbicos por segundo, es decir, tres mil 500 metros por segundo, señaló el productor de alimentos orgánicos.
El agrónomo por la Universidad Autónoma Agraria "Antonio Narro" de Coahuila señaló que las autoridades de la Conagua no han hecho nada por salvar a los ríos Salado y al Atoyac, a pesar de que presumen aplicación de millonarios presupuestos para contrarrestar la emisión de contaminantes a ambos afluentes.
En medios de información local se ha difundido que la dependencia ha invertido en los dos últimos años 120 millones de pesos en la construcción de colectores marginales para conducir las aguas residuales a la planta de tratamiento que tiene en San Juan Bautista La Raya, pero no existe información confiable de la aplicación de los recursos.
