Pasar al contenido principal
x

A sus 69 años, expolicía espera ley de pensiones

Foto(s): Cortesía
Redacción

Oaxaca.- Disminuido por las devastadoras molestias de su diabetes y con el constante dolor que le produce la fractura de su cadera sostenida por once clavos y la deformación de sus rodillas con evidentes problemas de circulación sanguínea, el veterano policía estatal Tomás Blanco Zamora anhela obtener muy pronto los beneficios de la Ley de Pensiones para Integrantes de las Instituciones de Seguridad Pública del Estado.


En reunión con el secretario de seguridad pública, Jorge Alberto Ruiz Martínez, nos dijo muy claro que los beneficios de la ley no tienen nada que ver con los tiempos políticos, y que es muy probable que empiecen a ser una realidad antes de mayo próximo.


Acompañado de su esposa Martina Díaz Zamora, su inseparable compañera, Blanco Zamora ‑‑quien causó alta como policía estatal hace 35 años‑‑ asegura haber agotado todos los requisitos que exige la ley. En la documentación entregada a la SSP he registrado a mi esposa para que reciban los beneficios respectivos, señala.


De acuerdo a las reuniones celebradas en la SSP, van en un primer paquete 36 compañeros que han cumplido con la antigüedad de 65 años de edad y 30 años de servicio.


Con los achaques de una enfermedad crónico-degenerativa y las severas dificultades derivadas de fractura en cadera y una de sus rodillas, el expolicía que cumplió este siete de marzo 69 años busca ser uno de los beneficiados de la Ley de Pensiones para los Integrantes de las Instituciones de Seguridad Pública del Estado de Oaxaca.


El sexagenario, con estudios solamente de primero de Primaria, ingresó a las filas de la policía el primero de febrero de 1980.


FATAL ACCIDENTE


El veterano servidor público recuerda su primer accidente, una tarde del 2 de septiembre de 1984, en jurisdicción de Huautla de Jiménez. Eran las 18 horas y la lluvia estaba muy fuerte, pero había que entregar a unos detenidos.


En un accidentado camino, la patrulla "coleó" y con ello mis compañeros y yo, que viajamos en la caja del vehículo, salimos "volando". Fue muy duro el golpe en mis piernas, pero no le dí importancia. La misión terminó más adelante, cuando a la patrulla se le salió el diferencial. Ya era de noche y fue terrible.


Seguí trabajando sin darle importancia a las dolencias de mis piernas. El dolor era más fuerte en mi pierna izquierda.


Estuve en muchas partes del estado y estando en el sector de Pochutla vino lo fatal e inevitable. Eran las 11:00 horas del 28 de junio de 1987 cuando solicitaron un auxilio. Un grupo de habitantes rodeó la patrulla para agredirnos. Mis compañeros saltaron del vehículo con mucha suerte, pero en mi caso, al brincar, mi pierna izquierda no soportó el impacto y caí sentado.


DOLOROSA FRACTURA


Era tan brutal el dolor por la fractura de cadera, que llorando, imploré a mi comandante Leopoldo López Cervantes, que me diera permiso para que se me brindara atención médica.


En ese escenario de incomprensión, me mantuve en el lugar con fuertes dolores que me producían llanto. Sólo se me permitió viajar a Oaxaca hasta un mes después, cuando ya me tocaban vacaciones.


Una semana estuve internado en el Hospital del IMSS, y luego se me otorgó una incapacidad de ocho meses. Transcurrió el tiempo y dado mi delicado estado de salud, recibí órdenes de reincorporarme, pero con funciones de jardinero, en las instalaciones policiales en ese entonces ubicadas en la calle de Xicoténcatl, en la capital oaxaqueña. Me habilitaron como jardinero en el periodo 1992-2000.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.