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Las calles como lienzo y el arte a disposición “de la lucha social” en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

Cuando la APPO tomaba el control del las calles en la ciudad de Oaxaca en 2006, cobijado por la clandestinidad de la noche y en medio de una convulsión política popular nació un colectivo artístico contestatario, la Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca (Asaro).


Mario Guzmán fundador de Asaro asegura que desde ese momento, hace ya una década, se adoptó un mayor compromiso para poner el arte a disposición “de la lucha social”.


“La censura de información en los medios masivos controlada por el Estado despertó la necesidad de contra restar la versión oficial con imágenes que dieran voz a la lucha social.”


 



 


Asegura que muchos jóvenes artistas ponen en venta su talento y quienes están en la posibilidad de comprar sus obras son empresarios, a diferencia de ellos, Asaro en diez años ha puesto su imaginación a disposición de los movimientos populares.


Mario Guzmán reitera que existe hartazgo político de la ciudadanía y considera que las reformas estructurales son un pretexto para saquear el país. A diferencia del 2006, hoy la protesta social se extendió a las regiones del estado, por eso los enfrentamientos en el Istmo y la Mixteca.


Asaro, como parte a esta contribución social, imparte talleres de pintura, estencil y grabado a niños y jóvenes de comunidades rurales, porque considera que el arte debe cumplir una función específica: “no es lo mismo que provengas de condiciones humildes y expongas en galerías a que pintes y realices una exposición en tu comunidad”.


 



 


ARTE HERRAMIENTA COMO APOYO A LUCHAS SOCIALES


Las imágenes que el colectivo plasma, pretenden generar una reflexión consciente sobre lo que está sucediendo, “que en este caso es la explotación a la clase trabajadora”.


Por eso la importancia de producir visuales que representen siempre la sublevación del pueblo, “no es lo mismo dibujar a un campesino con la cabeza agachada, que al mismo campesino aventando un piedra”.


Cree que el dar a conocer este tipo de obras, puede ayudar a dignificar a los seres humanos.


 



 


Mario Guzmán define a Asaro como arte político aunque a otros lo definan como intervención callejera o intervención urbana, “hacemos arte contestatario en el momento que pasa lago y de inmediato respondemos” señala.


Asegura que en el estado de Chiapas y en la Ciudad de México, ya hay influencia de Asaro, en las calles comienzan a plasmar también imágenes que representan las condiciones sociales, políticas y económicas por las que atraviesan.


 


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