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Artista rebelde y filántropo

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- A 25 años de su muerte, Rufino Tamayo (1899-1991) es recordado como el artista revolucionario, el filántropo incansable y, sobre todo, el creador que halló en las raíces autóctonas y la tradición el esplendor universal.
Tamayo, fallecido el 24 de junio de 1991, dejó una obra prolífica y exploró casi todas las disciplinas. Como pintor, dibujante, muralista, escultor y diseñador, logró fundir la cultura mexicana y prehispánica con las vanguardias europeas, para crear un estilo que rompía con el muralismo y el academicismo.


La calidad plástica de su obra y su capacidad de construir un estilo pictórico que lo hizo sobresalir de entre los mejores pintores del siglo XX, son para Ingrid Suckaer las principales características de Tamayo.
-Me gustan mucho sus primeras obras por la frescura que en ellas veo, pero también me gusta su demás producción porque en cada obra se puede contemplar a un gran pintor -señala la curadora y ensayista.


El colorido, la textura, la figura humana y la naturaleza que pueblan su pintura atrapan al espectador, en obras como Perro ladrando a la Luna, Personaje en verde, El día y la noche, Pintura académica, Sandías o Los músicos.


Su primera exposición fue en Nueva York, en 1926, cuando apenas tenía 27 años, por lo que él mismo describía la Gran Manzana como la ciudad en la que inició su carrera y en la que recibió las primeras muestras de reconocimiento como artista.


Tamayo pintó murales en el Museo de Antropología e Historia y el Palacio de Bellas Artes, así como en recintos internacionales, entre ellos la Unesco y el Dallas Museum of Cine Arts.


Su obra ha sido expuesta en los museos más importantes del mundo, como el MoMa, el Gugggenheim, el Reina Sofía, el Munch o el Hermitage, y figura en grandes colecciones de México, Estados Unidos, Francia, Brasil, Italia y otros países.



 


Homenaje al maestro


Para honrar el legado de Tamayo como artista fundamental en la plástica mexicana del siglo XX, el INBA y el Museo Tamayo Arte Contemporáneo han preparado un programa especial.
El homenaje comienza mañana, con una mesa de debate alrededor del tema Rufino Tamayo. Entre el arte y la filantropía, en la que participan Ingrid Suckaer, curadora; Ana María Torres, historiadora, y Juan Carlos Pereda, subdirector de colecciones del Tamayo. La cita es en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas a las 19:00 horas.
-Las aportaciones de Tamayo como coleccionista y filántropo fueron muchas y muy importantes -explica Ingrid Suckaer. -Hacia los años 50 del siglo pasado, de acuerdo con su capacidad económica, Tamayo empezó a dar becas para estudiantes de escasos recursos económicos que estudiaban en la UNAM.


Agrega que, en varias ocasiones, el oaxaqueño apoyó también fundaciones en favor de ciegos o sordomudos.


-En términos generales, sin duda, su gran aportación como filántropo fue haber creado la importante colección de arte contemporáneo que donó "al pueblo de México", según sus propias palabras -afirma Suckaer.
En 1981, fundó en el corazón de Chapultepec el Museo Tamayo para abrir al público esa colección de arte internacional reunida por él y su esposa, Olga Tamayo. Ya en 1974 había creado el Museo de Arte Prehispánico de Oaxaca.
Para el viernes 24, se prepara otro evento conmemorativo, una visita guiada por la bodega de la colección del Museo Tamayo. Pereda, autor de Tamayo, artista gráfico y especialista en la obra del oaxaqueño, dirige el recorrido .


También habrá en el museo otras actividades para recordarlo, como la proyección de documentales sobre su vida y la venta de libros, pósters y ediciones especiales, entre otros eventos


Las actividades en honor de Tamayo trascenderán las fronteras, pues la National Gallery de Canadá, en Ottawa, lo recordará con la exposición Tamayo: un solitario modernista mexicano, organizada por el INBA y la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Según el programa preliminar difundido por el Museo Tamayo, la muestra sintetiza cerca de 60 años de su producción artística; incluye 18 óleos, 12 litografías de los acervos del INBA y una pieza de la colección de la National Gallery de Canadá.


-El pintor, que combinó la vanguardia moderna y el legado indígena, introdujo en México un lenguaje pictórico único que será modelo y referencia para las siguientes generaciones de artistas -se señala en la página oficial del Tamayo. -Contrario a la idea de un pintor desarraigado, en esta muestra se reconoce la riqueza de sus fuentes: la religiosidad mestiza, la vanguardia surrealista, la escuela de París, el expresionismo alemán, entre muchas otras.


Hélene Ficat, titular de prensa del museo, explica que el programa no es definitivo y podrían hacerse algunos ajustes.



 


Estrella de las subastas


Apenas en mayo, las obras El fisgón (1988) y Maestros cantores (1949), de Rufino Tamayo, fueron los cuadros mejor vendidos en las subastas de arte latinoamericano celebradas en Nueva York por Sotheby's y Christie's, respectivamente.
El fisgón, óleo sobre lienzo con polvo de mármol, se vendió en 970 mil dólares. Otros dos óleos de Tamayo quedaron entre las 10 piezas mejor vendidas de Sotheby's, El juglar (1982), con 610 mil dólares, y Hombre (1961), en 538 mil dólares.


Mientras que Maestros cantores alcanzó 2 millones 165 mil dólares en la Casa Christie's.


-Esta obra juega de manera vibrante con un tema de música que preocupó al artista a lo largo de su carrera -según un comunicado de Christie's. -La música tuvo una importancia personal especial para Tamayo.
Las siete obras de Tamayo ofrecidas por Christie's fueron las que dominaron la puja, como Bienvenida u Hombre de la flor, vendidas por 545 mil dólares y 533 mil.

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