Ver que en San Miguel Aloápan, en la Sierra Norte, es normal que las mujeres empiezan a ser madres a los 13 años, impidió que Soledad -nombre ficticio para preservar su identidad- dudara de vivir en unión libre a los 14 años y tener a su primer hijo a los 15, sin tiempo para concluir la telesecundaria.
“Sí me arrepentí cuando estaba embarazada, pero luego ya no, me acostumbré”, expresa la adolescente de 19 años con una maternidad que le ha robado juventud, pero también un plan de vida en donde pueda prepararse profesionalmente y no limitar su vida a la crianza de un hijo de cuatro años y una hija de dos años.
Por encima de la media nacional, Oaxaca es la novena entidad del país con el número más alto de adolescentes de 15 a 19 años que se convierten en madres.
El Cuestionario Ampliado del Censo de Población y Vivienda 2020 arrojó que dentro de cada mil mujeres de 15 a 19 años que viven en Oaxaca nacen 49 niños y niñas, cuando la tasa específica de fecundidad en este grupo de adolescentes en el país es de casi 43.
A propósito del Día de la Niña que se conmemora este 11 de octubre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía informó que las tasa más baja del país la tiene la Ciudad de México con 26.36 nacidos vivos por cada mil adolescentes, en tanto la más alta la tiene Chiapas con 64.83.
(((DESCANSO))) "Me fue a pedir bien a mi casa"
Cuando el encuestador del Censo de Población y Vivienda 2020 llegó a casa de Soledad, ella tenía 17 años y recién había nacido Alondra, a quien cada que sale a la calle la carga en su espalda, sostenida en un rebozo, para soportar sus 14 kilos de peso.
“A mi esposo lo conocí cuando volvió del Norte (Estados Unidos) y nos conocimos en un baile del pueblo, me fue a pedir bien a mi casa”, recuerda una adolescente a quien nadie le impidió vivir con un hombre que es diez años mayor.
Cuando Soledad tenía ocho meses de embarazo, su pareja volvió y se encargó del nacimiento de su primer hijo en una clínica particular mediante “cesárea” porque no pudo ser parto.
Ocho meses después del nacimiento él intentó de nuevo cruzar de manera ilegal la frontera, pero no lo logró “en eso me embaracé, nació nuestra hija y ahora ya logró estar en California”.
Si Soledad no contrajo matrimonio es porque hace cinco años “no había mucho dinero para hacerlo por la iglesia o el civil”, no porque en Oaxaca no esté permitido hacerlo cuando alguno o los dos contrayentes sean menores de edad.
Soledad es parte de las 224 mil 454 adolescentes de 12 a 17 años que en México tenían una situación conyugal de unión, casadas o en unión libre, durante el 2020.
Junto con otras 21 mil 167 adolescentes con antecedente de unión conyugal y que se separaron, divorciaron o enviudaron, en México cuatro de cada cien adolescentes está o ha estado en unión conyugal.
“Cuando una se casa piensa que no se va a dejar, pero nunca se sabe”, dice con la madurez que le ha dejado una responsabilidad que ahora entiende hubiera sido mejor postergar.
