Nadia Altamirano Díaz
La capacidad resolutiva del sistema de salud en Oaxaca que eviten muertes maternas, está en crisis.
En comparación con el 2020 este año reporta un incremento del 20 por ciento en el número de mujeres que han muerto durante el embarazo, parto o después del parto.
Son 41 muertes maternas, 22 de ellas con diagnóstico confirmatorio de COVID-19, las que han ocurrido al corte de la semana 47, cuando en 2020 sumaban 34.
La Organización Mundial de la Salud define una muerte materna como la que ocurre mientras una mujer está embarazada o dentro de los 42 días posteriores a su embarazo, independientemente de la duración de éste o su localización.
Las causas de una muerte materna pueden estar vinculadas o agravadas por el embarazo o su manejo, pero no se incluyen las causas incidentales o accidentales.
La incidencia de muerte materna en un país constituye un indicador de su nivel de desarrollo, pero también de su capacidad resolutiva de su sistema de salud.
Durante este 2021 en todo el país han ocurrido 981 muertes maternas, 132 más que las 849 al corte de la semana 47 en 2020, lo que representa un incremento del 15.5 por ciento.
El 44.3 por ciento de esas muertes maternas (435) tuvieron como causa la COVID-19 con virus SARS-CoV-2 confirmado y en otras 23 el virus no se identificó.
Después de esa causa sigue el edema, proteinuria y trastornos hipertensivos que complican el embarazo, el parto y el puerperio con un once por ciento de los casos.
El Estado de México está a la cabeza de la lista de defunciones maternas con 123, seguido de Puebla con 72, Veracruz con 65, Jalisco con 57, Chiapas con 52 y Oaxaca en séptimo lugar con 41.
La muerte materna más reciente ocurrió en el sector privado, donde en total se reportan dos, junto con una que ocurrió en el Hospital de Pemex en Salina Cruz, seis fuera de una unidad médica, cuatro en el IMSS Bienestar, cinco en el sistema ordinario del IMSS y 23 en una institución de los Servicios de Salud de Oaxaca.
