Las 18 muertes maternas que a lo largo de este 2023 han ocurrido en Oaxaca le han llevado a ocupar el octavo lugar a nacional en incidencia de una problemática que además de ser prevenible, evidencia la incapacidad institucional de garantizar la salud reproductiva de las mujeres.
En todo el país han ocurrido 362 muertes de este tipo a lo largo del año, siendo Estado de México con 39 defunciones la entidad que concentra la cifra más alta, seguida de Chiapas con 29, Veracruz con 28, Guerrero con 25 y Puebla con 23.
En conjunto estas cinco entidades concentran el 35.1 por ciento del total de muertes maternas del país.
En sexto lugar está Jalisco con 22 muertes maternas, en séptimo Chihuahua con 20 y en octavo lugar Oaxaca con 18, de las cuales el 38.8 por ciento se han presentado en una unidad médica administrada por los Servicios de Salud de Oaxaca, a donde regularmente acuden personas sin seguridad social.
Por lugar de incidencia le siguen cuatro decesos que ocurrieron sin que la mujer embarazada o en trabajo de parto recibiera asistencia médica en algún centro de salud o unidad hospitalaria.
Tanto el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en su régimen ordinario como Bienestar, al igual que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) reportan dos muertes maternas cada uno.
En Oaxaca como el resto del país una de cada cinco muertes maternas ocurren por hemorragia obstétrica, ya que la segunda causa de defunción es la enfermedad hipertensiva, edema y proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio con el 16.3 por ciento, mientras que el aborto está asociado al 6.7 por ciento de las muertes.
Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la mayoría de las muertes maternas son evitables y la solución para prevenirlas o tratar las complicaciones involucra acceso a la atención prenatal durante el embarazo, atención especializada durante el parto al igual que atención y apoyo en las primeras semanas tras el parto.
