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¿Impericia o negligencia? Indagan muerte de niños con rabia en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

En el caso del niño de siete años y la niña de ocho años que entre el 28 de diciembre y el 7 de enero murieron tras contagiarse de rabia por la mordedura de un murciélago, la Comisión Estatal de Arbitraje Médico (Ceamo) investiga la ocurrencia de tres posibles hechos: impericia, omisión y negligencia médica.

El presidente de dicho órgano, Alberto Vásquez San Germán, explicó en entrevista que a finales de diciembre, cuando se conoció de la hospitalización de los tres menores originarios de Palo de Lima, comunidad de San Lorenzo Texmelucan, “de oficio” comenzaron a solicitar información a los Servicios de Salud de Oaxaca y al Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso.

“El Hospital Valdivieso tuvo a bien informarnos, pero desafortunadamente atendió el caso cuando ya estaba desarrollada la enfermedad y sólo se dio soporte vital porque ya se sabía que tendría un desenlace fatal y sólo la menor (de dos años) de los hermanos no se infectó”, ya que ingresaron al nosocomio 21 días después de la mordedura porque no encontraron atención médica en la clínica de su comunidad.

En esa búsqueda de información, este miércoles recibieron en la Ceamo a la mamá y el papá de ambos menores, con quienes establecieron una plática y la integración formal del expediente.

“Ya se han tenido pláticas con la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca por la negación del derecho a una atención inmediata a los menores, ya llevamos adelantado el proceso y vamos a establecer el procedimiento de queja para buscar a quienes a la familia les violentaron su derecho a la salud”, abundó.

Estimó que este caso debe resolverse “en un período corto, no mayor a un año”, pero se requiere “contar con toda la información y a veces eso dilata”.

Adelantó que de entrada queda claro que el Estado fue omiso, pero se tiene que corroborar quién fue la persona que no se encontraba en la clínica o en el hospital al que acudió la familia, si estaba de vacaciones o no le estaban supliendo.

“Podría señalarse una atención porque no había quién les atendiera; una impericia porque en la atención no supieron integrar un buen expediente o negligencia por no hacer un diagnóstico correcto y dar un tratamiento oportuno”, explicó San Germán.

Los tres menores fueron mordidos el 1 de diciembre pasado por un murciélago mientras dormían en su vivienda. El 2 de enero la Dirección General de Epidemiología confirmó que se trató de rabia transmitida por un murciélago hematófago que se alimenta de sangre.

 

“El Hospital Valdivieso tuvo a bien informarnos, pero desafortunadamente atendió el caso cuando ya estaba desarrollada la enfermedad y sólo se dio soporte vital porque ya se sabía que tendría un desenlace fatal". Alberto Vásquez San Germán, Presidente de la Ceamo.

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