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Ilse, atrapada en una cárcel de pobreza y esquizofrenia en Oaxaca

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Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Citlalli López Velázquez 

 

Tener esquizofrenia y vivir en pobreza, atraparon a “Ilse” en una cárcel.

Tiene 29 años de edad y forma parte de los 52 millones de personas en el mundo con este padecimiento, una patología psiquiátrica más invalidante en la juventud.

Su vida no ha sido fácil, sobre todo porque en un país como México y en un estado como Oaxaca, el rezago y las desigualdades sociales los deja como ciudadanos sin calidad de vida.

“Ilse”, nombre ficticio, es madre de un niño de dos años de edad, habita en una comunidad rural de los Valles Centrales.

Su familia, de escasos recursos, ha tenido que hacer frente a una enfermedad que además de incomprendida, es costosa.

“Lamentablemente los recursos que se destinan para la atención de enfermedades mentales son escasos, están alrededor del 2 al 3 por ciento de todo el presupuesto de salud, que son tan importantes como una enfermedad renal o COVID-19. Esta es una enfermedad crónica, incurable, muchas veces incapacitantes. Esto hace que una persona que antes económicamente era productiva, a lo mejor ya no pueda trabajar o rendir de la misma manera, a lo mejor antes era un profesional y trabajaba, pero ahora la actividad a la que se dedica le genera menos ganancia y si a eso le aunamos los tratamientos, eso nos puede dar una idea de las dificultades a las cuales se enfrenta la familia”, destacó el doctor Alfredo Guzmán Mayoral, subdirector del hospital psiquiátrico Cruz del Sur.

Los sistemas de salud, la instituciones de derechohabiencia no siempre tienen todos los medicamentos que se deben de emplear en el paciente y los tratamientos en general son caros: desde los 800 a mil 200 a la semana o hasta 5 mil o 6 mil pesos al mes.

“No es un tratamiento que las familias puedan solventar a largo plazo”, agrega el médico.

"Delirios y alucinaciones" 

El caso de “Ilse” es uno de estos ejemplos.

La joven en ocasiones se escapa de casa pues argumenta que es violentada por su familia.

Las personas con esquizofrenia suelen manifestar estos señalamientos de persecución y daño hacia su persona.

La Esquizofrenia -explica Guzmán Mayora- pertenece a un grupo de enfermedades llamadas psicosis o psicóticas. Ésta se caracteriza por dos alteraciones cardinales principales; por un lado, delirios y por otro, alucinaciones.

Las ideas delirantes son alteraciones del pensamiento.

En el caso de delirios particularmente son ideas típicamente extravagantes, extrañas, raras, ilógicas, de difícil comprensión por ejemplo decir que tiene un chip en el cerebro, que es perseguido amenazado, por otro las alucinaciones son alteraciones de los sentidos en donde el paciente puede escuchar voces, sonidos y ruidos que se forman dentro de su pensamiento.

En Oaxaca -apuntó- la prevalencia de la esquizofrenia es del 1 al 2 por ciento.

Este padecimiento es incurable, irreversible, pero tratable, es decir puede recibir cierto tratamiento y haber una mejoría en diversos grados.

“El hecho de que muchas familias tengan desconocimiento de la enfermedad, además de la dificultad para el acceso a la salud, el que no hayan recursos económicos suficientes para solventar los gastos, hacen que muchas veces al paciente lo tengan aislado en un cuarto como también estar encadenado o amarrado a un árbol. Me atrevo a decir que la familia es la principal victimaria del paciente, pero es un problema muy complejo que no sólo depende de las pastillas o inyecciones, es una enfermedad que nos compromete a todos”, destacó.

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