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Hospital de la Niñez, sin suficientes medicamentos contra el cáncer

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Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Texto: Nadia Altamirano Díaz / Foto: Emilio Morales

Han pasado más de 19 meses desde que a su hijo David le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda y a Evelia todavía se le dificulta hablar de una enfermedad que se agudizó por la escasez de medicamentos oncológicos en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña Doctor Guillermo Zárate Mijangos.

Habían transcurrido seis meses de quimioterapias, pero para el conteo médico en realidad eran tres.

En enero de 2021 los estudios confirmaron una recaída en David, en quien volvieron a aparecer blastos, como se conoce a los precursores inmaduros de los glóbulos blancos que no aparecen en la sangre de personas sanas.

“Es demasiado difícil”, son las primeras palabras que pronuncia Evelia en un intento por narrar la historia de su hijo, pero su tristeza y angustia se manifiesta en lágrimas: “El tratamiento lo deben recibir a tiempo, un día o dos de diferencia los mata, nosotros somos aquí el sostén, pero quienes sufren son ellos”.

Sin entender las causas

David, un adolescente de 16 años, escucha a su mamá con atención.

Su cabeza, carente de cabello, la cubre del frío con un gorro.

Es el área de quimioterapia ambulatoria del Hospital de la Niñez. El medicamento entra por una vena del antebrazo izquierdo. 

Cuando habla del dolor intenso de estómago, vómito, diarrea y cansancio con el que se comenzó a manifestar el cáncer, David está tranquilo, pero una tristeza lo inunda al recordar el día que su familia recibió el diagnóstico, su mamá salió llorando de la cita con el hematólogo:

“La vi llorando, me preocupó, le pregunté qué pasaba, pero no me quiso decir, hasta después me dijo que tenía cáncer” e inevitablemente en David aparecen las lágrimas que confirman que su vida dio un vuelco de 180 grados, sin posibilidades aún de recomponerse.

“El había terminado la secundaria, es un buen niño, no sale a la calle, no comía golosinas”, describe Evelia, quien todavía no logra entender por qué el cáncer llegó a su familia como una fatídica noticia que movió todo.

La oncóloga pediatra adscrita al Hospital de la Niñez, Yazmín Aidee Gómez Domínguez, sabe bien que las causas del cáncer en niños, niñas y adolescentes es multifactorial.

“No hay una causa específica, son una serie de factores como los genéticos, las exposiciones ambientales a radiaciones o pesticidas, el consumo de nitrosaminas que se utilizan en los alimentos para darles mejor color o sabor, pero no hay un factor único para desarrollar cáncer”, destaca.

Vivir en una comunidad rural

Las posibilidades de superar el cáncer están relacionadas a un diagnóstico temprano y al apego al tratamiento, algo que se dificulta en las zonas rurales donde se carece de unidades médicas de tercer nivel y se profundiza para las familias sin seguridad social.

Esos factores en contra los enfrentó la familia de Miguel, un adolescente de 13 años que en agosto de 2021 experimentó un paro cardiaco que lo hizo estar intubado casi una semana en el Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, de la ciudad de Oaxaca.

Para los 62 habitantes de La Ciénega, una comunidad del municipio de San Francisco Cahuacuá, en el distrito serrano de Sola de Vega, la única atención que pueden recibir es la toma de la presión arterial o una inyección por parte del personal de la clínica del IMSS Bienestar, narra Patricia, mamá de Miguel. 

Como la piel de Miguel se comenzaba a poner amarilla y él sentía desmayarse con mucha frecuencia, acudieron a la Clínica del IMSS en Cahuacuá, pero le dijeron que tal vez era anemia, sin posibilidades de realizarle estudios.

Esa ansia que Miguel sentía que le entraba en el cuerpo terminó en un paro cardiaco.

Con ayuda de la autoridad municipal lo trasladaron a la ciudad de Oaxaca.

Después de un lavado de sangre, en el Hospital Valdivieso le dieron el diagnóstico de cáncer 

Miguel, quien se expresa con soltura, ya sabía algo de esta enfermedad que su tía Fidelia tenía en los huesos: “Según que el cáncer no tenía remedio, me puse triste”, dice desde un cuerpo que hace seis meses perdió el 68 por ciento de su peso y que todavía no recupera los 57 kilos que solía tener.

La agresiva leucemia llevó a Miguel a una segunda intubación.

Es su sexta quimioterapia y tiene cinco días para poder superar los desmayos, el sueño y todas las reacciones que el medicamento genera en él.

Cuando faltan medicamentos, su red familiar ha apoyado a conseguirlos.

Desde el 3 de enero ambos viven en el albergue del Hospital, donde reciben cama y comida.

Ir y venir de Cahuacuá significa viajar de madrugada, desde la 1:30 para llegar a las 7:00 al área de quimioterapia.

Signos de alarma

La leucemia es el principal cáncer que se contabiliza entre los 450 pacientes del Hospital de la Niñez, 160 de ellos en tratamiento, como Miguel y David.

Fiebre mayor a 38 grados que no se controla con medicamentos y puede durar por más de diez días, la pérdida de peso, moretones en la piel, sangrados en encías o nasales, dolores de cabeza intensos que empeoran en las mañanas, crisis convulsivas, cansancio, ganglios aumentados de tamaño o dolor en los huesos son los principales signos de alarma que la oncóloga Yazmín Aidee pide no pasar por alto.

Para crear conciencia sobre esta enfermedad, cada 15 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el cáncer infantil y en David, como en Miguel, es un deseo por “lograr que la curación” sea posible y puedan retomar la cotidianeidad de una vida donde sólo quieren preocuparse por crecer, jugar y volver a ir a la escuela.

El mal 

Los cánceres más frecuentes en infantes y adolescentes:

Leucemias

Linfomas

Tumores del sistema central

Tumores en huesos

Tumores en riñones

Tumores intraoculares

450 pacientes de cáncer atiende el Hospital de la Niñez Oaxaqueña

160 de los pacientes oncológicos están en tratamiento

 

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