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COVID en Oaxaca: se registran 4 decesos y 338 contagios en seis días

Foto(s): Nadia Altamirano Díaz
Nadia Altamirano Díaz

Conforme avanza febrero, Oaxaca parece  empezar a dejar atrás la sexta ola de COVID-19. Después de que en la semana del 29 de enero al 4 de febrero se informaron de 529 contagios y seis defunciones, en los seis días siguientes se sumaron otros 388 junto con  seis defunciones.

El inicio de un sexto repunte de contagios no cambió la indiferencia que la población mayor de 18 años tiene ante la vacuna Abdala, de origen cubano y, de las 139 mil 300  dosis recibidas, con trabajo se ha logrado aplicar una quinta parte en poco más de un mes.

Distinto al biológico Abdala, el otro que está disponible es el de Pfizer, pero en su versión pediátrica. A partir del 30 de enero se reforzó su aplicación en al menos 22 puntos de vacunación, pero los Servicios de Salud de Oaxaca han hecho poca  difusión.

El Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), a través de su subdirección de servicios educativos, se sumó también a la difusión de los puntos de vacunación entre directivos del nivel primaria, pero esta ha llegado con demora a madres y padres de familia.

Subdiagnósticos

Es en el ámbito escolar, es donde el médico internista Fausto Martínez Morales  consideró que madres y padres deben poner especial cuidado y no mandar a clases a hijos o hijas con síntomas respiratorios, a fin de evitar brotes.

“Se  están presentando muchos cuadros respiratorios porque además del SARS-CoV-2 que ocasiona la COVID-19, existen diversos virus como la influenza y el sincicial respiratorio”, el problema,  consideró el especialista es que “probablemente muchos casos están pasando subdiagnosticados porque no se hacen las pruebas de detección  por  no  tratarse de un cuadro grave”.

En medio de la reciente advertencia que la Organización Mundial de la Salud hizo de una posible pandemia de gripe aviar humana H5N1 que existe desde  hace 25  años, pero que ahora se  empieza a transmitirse entre mamíferos, recordó que en todo momento está latente el riesgo  de que cualquier virus pueda mutar.

Por eso insistió que en el caso de síntomas respiratorios e “independientemente de  la severidad del cuadro”, las personas “deben cuidarse” implementando las medidas de prevención  ya conocidas: uso de cubrebocas y lavado frecuente de manos.

El virus cambió

El especialista Martínez Morales fue de los primeros internistas que  en marzo de 2020 comenzó a ver a pacientes graves que llegaron  a hospitalizarse  tras ocho o  hasta  diez días de que habían iniciado  con el cuadro  de COVID-19, con una variante que prefería atacar el pulmón y  ocasionaba que la oxigenación  en el cuerpo disminuyera.

En ese tiempo cuando la pandemia apenas empezaba en Oaxaca, “la primera dificultad era tener pruebas de detección del virus y se hacía un diagnóstico clínico”, pero con el  paso del tiempo tanto la población y el personal sanitario se fue adaptando, a la  vez que comenzó a predominar la variante omicrón, cuyo impacto es menos agresivo.

“Se manifieste con escurrimiento  de la nariz, tos, malestar general, pero sin afectar  el pulmón, además de que una infección previa o la vacunación ha influido para que el cuadro  de  COVID-19 ya  no sea tan agresivo, porque se tienen las  defensas para enfrentar el  virus”, expuso el especialista en medicina interna.

La enfermera Carina, quien fue de  las primeras en ingresar al área COVID, que en el Hospital de Zona número uno del IMSS se  habilitó en la zona poniente de medicina interna, nota también una diferencia si compara la saturación que se experimentó en los primeros meses de la pandemia, en 2020, y la cantidad mínima de pacientes que ahora se hospitalizan.

“Todavía hay casos, pero pocos”, dijo al recordar que era agotadora su jornada nocturna de seis horas, ya que brindaba la atención cubierta con un traje tyvek de pies a cabeza, hacía notas médicas con googles empañados por la respiración y debía gritarle a pacientes y personal médico para que la escucharan con la careta de por medio. 

El virus ya  no es tan letal, pero se deben seguir tomando las medidas de prevención, sobre todo con personas con la inmunidad baja”, opinó una enfermera que en casi tres años se ha contagiado tres veces.

No hay  comparación

Apenas enero cerró con 3 mil 409 casos y 16 decesos  por complicaciones de COVID-19, cifra mensual que no se compara con las observadas en los cinco repuntes anteriores  de esta  pandemia, ya que la cifra promedio de casos por día no rebasó los 110.

Febrero es el mes más corto del año y en sus primeros diez días apenas y acumula 769 casos y ocho defunciones, la mitad notificadas entre el miércoles 8 y el viernes 10.

En este segundo mes del año la cifra promedio de casos diarios ha bajado a 77, 30 por ciento  menos que  el promedio diario en enero.

La alta incidencia de contagios que arrastraba enero de 2022, hicieron que febrero de ese año acumulara 15 mil 288 casos,  convirtiéndose en el segundo mes con la incidencia más alta de la pandemia.

Este febrero no tiene posibilidades de asemejarse a lo que la población oaxaqueña vivía hace un año, a pesar de que la vacunación seguía avanzando, pues quedaba pendiente de incluir a niños y niñas de entre cinco y once años de edad.

 

Oaxaca acumula

155 mil 760 casos de COVID y 6 mil 389 defunciones notificadas al  10 de febrero de 2023

14 mil  81  personas han sido hospitalizadas por complicaciones de la COVID-19

Índice de positividad: 55.8%

Letalidad: 4.1%

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