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Continúan en aumento casos de depresión en Oaxaca

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Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Nadia Altamirano Díaz

 

No quería aceptar que enfrentaba un cuadro severo de depresión y Delia justificaba que dormía mucho porque el trabajo del que fue liquidada antes le absorbía casi todo su tiempo y la desgastó al cumplir puntualmente con su jornada laboral de diez horas como asistente, incluso durante la pandemia.

Tras las súplicas de su hija Alma, que le hacía ver que no era normal que ella pasara casi todo el día en pijama e incluso evitara bañarse, Delia aceptó tomar una cita por zoom con una terapeuta que la invitó a hacerlo de manera presencial.

“A mis 52 años es muy difícil perder el empleo, por la causa que sea: sentí que dejé de ser productiva”, admite tras ocho sesiones con una psicóloga que le ha ayudado a entender la importancia de cuidar su salud mental.

Es en este 2022 que los casos de depresión se han duplicado y tan sólo en la semana 17 la Secretaría de Salud Federal fue informada de 41 nuevos casos en Oaxaca.

En todo el país se reportan 38 mil 77 casos, con el 74 por ciento detectados en mujeres; una tendencia que se replica en Oaxaca con el 70 por ciento.

En comparación con la cifra acumulada a la semana 17 de 2021, este año México reporta un incremento del 27 por ciento al pasar de 27 mil 647 a 38 mil 77 casos.

Pero en Oaxaca el incremento es mayor y alcanza el 107 por ciento por los 574 casos acumulados cuando en 2021 sumaban apenas 277.

La Organización Mundial de la Salud define a la depresión como una enfermedad frecuente en todo el mundo que puede afectar al cinco por ciento de las personas adultas y casi al seis por ciento de las que son mayores de 60 años.

Se estima que en todo el mundo existen 280 millones de personas que viven en depresión que no incluye las variaciones habituales del estado de ánimo o las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana.

Si una persona con depresión no recibe atención especializada puede enfrentar un problema de salud serio si ésta es recurrente y aumenta de intensidad.

La depresión, además de alterar actividades laborales, escolares o familiares de quien la padece, puede llevar al suicidio.

“No querer hacer nada, ni comer, es una manera de matarse lentamente y ahora lo entiendo”, reconoce Delia, quien al estar desempleada renunció a la posibilidad de hablar de sus emociones por miedo a ser juzgada.

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