La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) abrió un cuaderno de antecedentes por dos episodios de suicidios ocurridos entre la comunidad estudiantil de la UABJO.
Adicionalmente, tiene 60 expedientes relacionados con posibles violaciones a derechos humanos cometidos en la máxima casa de estudios; el 10 por ciento está vinculados con actos de acoso, hostigamiento y violencia escolar en donde personal docente y administrativo son señalados.
Las universidades tendrían que ser espacios favorables para un desarrollo integral de las y los alumnos y no lugares hostiles, manifestó el titular de la DDHPO, Bernardo Rodríguez Alamilla.
“Cuando vas a una universidad no sólo vas a obtener conocimientos teóricos, sino también procesos de socialización entre las y los estudiantes como pares y entre las y los profesores; en esa lógica, bajo una lógica de derechos, se tiene que garantizar la salud física y emocional; son espacios a dónde no vas a enfermarte, vas a generar potencialidades”, apuntó.
En México, los suicidios son la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 14 a 29 años de edad. En un contexto de pandemia aumentaron los trastornos psicóticos por las rupturas sociales, la pérdida de empleo y el distanciamiento social por la COVID-19, puntualizó.
Expuso que los dos suicidios registrados en la UABJO, de abril de 2021 a junio de 2022, deben ser colocados en la agenda pública porque en México no existe una verdadera política pública de atención a la salud mental, no existe una serie de políticas claras, definidas, específicas para atender la salud mental de las personas, apuntó el ombudsperson.
“Se tienen que atender, de manera estructural, las diferentes violencias que se sufren y se padecen al interior de estos centros educativos que por mucho tiempo se callaron. No atender estas violencias desencadena toda una serie de trastornos que, en el peor de los casos, pueden generar situaciones que favorezcan el suicidio de las y los estudiantes”, agregó.
Rodríguez Alamilla enfatizó que la salud mental debe ser una prioridad de la comunidad universitaria porque se están formando a las personas que guiarán y construirán nuestro mundo, “si no lo hacemos de buena manera, las consecuencias que implica para una sociedad democrática sana, no son favorables”.
