Citlalli López
Tras la irrupción violenta de un grupo armando a la vivienda de la activista zapoteca, Rogelia González Luis, organizaciones y organismos defensores de derechos humanos, condenaron la abrasión y demandaron justicia a las autoridades.
En un comunicado, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) informó que por estos hechos inició el expediente DDHPO/CA0018/(21)/OAX/2022 través del cual dictó medidas cautelares y pidió a las autoridades de seguridad pública estatal y a las de Juchitán de Zaragoza, llevar a cabo acciones inmediatas tendientes a garantizar el bienestar de Rogelia González, su familia y las personas que se encuentran en el Refugio Regional de Mujeres Indígenas “China Yodo”, del cual es fundadora.
De su lado, el Observatorio de Participación Políticas de las Mujeres en Oaxaca expresaron una “enérgica condena” ante los hechos de agresión y violencia, en tanto que advirtieron que estarán vigilantes de que se cumplan los protocolos de seguridad y de investigación sobre los hechos ocurridos .
De la misma manera, la Organización Nacional de Mujeres el PRD, expresaron su sonoridad con la defensora de los derechos de las mujeres al mismo tiempo que exigieron justicia ante el atentado sufrido el pasado 13 de enero cuando cuatro sujetos armados allanaron el domicilio de Rogelia González Luis.
“Esto constituye un claro acto de intimidación, por lo que exigimos al gobierno federal y al estado de Oaxaca, la inmediata protección de la compañera Rogelia, de su familia y colaboradores”, expuso.
A la condena se unió ola senadora de la República, Susana Harp Iturribarría, quien de igual manera pidió se investigue la agresión y garantice su seguridad. “Condenamos este acto. Ninguna voz y ninguna mujer debe silenciarse”.
En su cuenta en Facebook, la activista trans, Amaranta Gómez Regalado, también se solidarizó con González Luis.
La DDHPO destacó que de enero de 2018 a diciembre de 2021, inició 61 expedientes por agresiones contra personas defensoras de derechos humanos, siendo las más recurrentes: amenazas, intimidaciones, detenciones arbitrarias y tratos crueles e inhumanos.
“Las personas activistas y defensoras de derechos humanos son esenciales en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, pues dan voz a grupos históricamente invisibilizados, además de poner en la agenda pública las desigualdades que afectan a la sociedad en su conjunto y con ello, dirigir o redirigir las políticas públicas para una atención integral de distintas problemáticas”, sostuvo.
