Citlalli López Velázquez
Con capacitación, sororidad y conformación de una red de apoyo, mujeres indígenas y afrodescendientes en cargos públicos construyen la resistencia contra la violencia política en razón de género.
“Los obstáculos siguen siendo la discriminación, el racismo y el machismo manifestando en diversas acciones, por ejemplo, poner en duda sus propuestas, las descalifican o acusan de malas madres por dedicar más tiempo a la vida pública”, señaló Zenayda Pérez Gutiérrez, coordinadora del programa Mujeres Indígenas del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB).
Durante la acción Fortalecimiento de las Mujeres Indígenas en la Participación Política Municipal coordinada con el Grupo de Estudios Sobre la Mujer “Rosario Castellanos” las participantes de Oaxaca, Chiapas, Campeche, Guerrero y Puebla acordaron integrarse en una red para alimentar el intercambio de experiencias y buenas prácticas en el ejercicio de su labor.
Además, fortalecer el conocimiento sobre la gestión municipal y contar con pautas básicas de autocuidado y cuidado colectivo. Y es que, a pesar de ser distintos estados del país, las mujeres indígenas enfrentan situaciones muy similares de obstaculización a su trabajo.
Además de las antes mencionadas, quieren mantener sobre ellas los estereotipos, pues por ser mujeres indígenas les exigen más, les cuestionan sus decisiones y las señalan como problemáticas.
Pérez Gutiérrez indicó que pese a todo también hay muchos avances principalmente en los cambios de discurso de las mujeres sobre ellas mismas. “Ahora tienen claro que el asumir un cargo es un ejercicio de un derecho ciudadano reconocido tanto por el marco legal como por la Constitución, una diversidad de leyes que les reconocen el derecho al voto y ser votadas”, señaló.
Apuntó que las estrategias que han imaginado para fortalecer la llegada de más mujeres a los cargos públicos están relacionadas con el robustecimiento de los conocimientos de sus derechos teniendo en claro que la paridad también debe de llegar a los sistemas normativos internos no desde una visión impositiva sino reflexiva.
“Se busca que esto no se viva como una imposición porque entonces sólo se tratará de cuotas sin que cambie nada de fondo. La comunidad debe entender por qué es importante la participación política de las mujeres y se sume a ello. Que haya más un cambio de conciencia”, destacó.
