Los indígenas zapotecos y mixtecos constituyen el tercer y cuarto grupo étnico con el mayor número de encarcelamientos en penales federales y estatales del país, de acuerdo a los Censos Nacionales de Sistemas Penitenciarios en los ámbitos estatal y federal (CNSIPEE-F) 2022.
El documento elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que del total de la población penitenciaria la etnia náhuatl representa el 16.2 por ciento y la tarahumara 9.0 por ciento.
En tanto que los zapotecos constituyen el 7.5 por ciento y mixtecos 5.9 por ciento.
Subraya que al cierre de 2021 un total de 7 mil 55 (3.2 por ciento) de las personas privadas de la libertad/ internadas en los penales federales y estales pertenecían a algún pueblo indígena.
En comparación con lo reportado en 2020, la cantidad de personas que pertenecían a algún pueblo indígena aumentó 2.4 por ciento en 2021.
Un grave problema para los indígenas recluidos es que, por ejemplo, en Oaxaca el 60 por ciento de la población indígena encarcelada no tuvo acceso a un intérprete o traductor, de acuerdo con Así Legal, una organización de la sociedad civil en México que brinda asistencia legal a personas en estado de vulnerabilidad que se encuentran privadas de la libertad.
Además, de las personas que sí tuvieron acceso a interpretación/traducción, un enorme 46 por ciento manifestó que, a pesar de ello, no entendieron la información que se les estaba dando.
De acuerdo con datos del Inegi, el 47 por ciento de los indígenas encarcelados en Oaxaca carecieron de asistencia legal en el momento de su arresto.
En algunos casos, ni siquiera tuvieron un defensor público sino hasta el momento de su comparecencia ante un juez.
Ley en otro idiomaLa Open Society Foundations documentó la triste historia de Carlota, una anciana de 66 años originaria de Salina Cruz, cuya lengua nativa es el zapoteco y habla muy poco español, que ha estado encarcelada desde el 2015 tras ser arrestada cuando le mostraron una orden de allanamiento, la cual ella no pudo leer, y mucho menos entender.
Luego, fue llevada a una estación de policía donde le pidieron que firmara más documentos.
Después de varios días, la enviaron en avión desde Salina Cruz, su ciudad de origen, a Ciudad de México, en donde le pidieron que entregara un testimonio en español y que posteriormente firmara una serie de papeles y documentos uno más incomprensible que el anterior.
Sería únicamente hacia el final de este descabellado proceso cuando la pesadilla cobraría aún más vida.
A Carlota finalmente le leyeron la orden de arresto en su idioma, y fue sólo en ese momento en el que cayó en cuenta que la estaban acusando de trata de personas.
Tras las rejas
7,055 de las personas privadas de la libertad en los penales federales y estatales pertenecían a algún pueblo indígena.
7.5% son zapotecos.
5.9% son mixtecos.
