Nadia Altamirano Díaz
Con su trabajo en turno nocturno como enfermera en un hospital público, Claudia no quería que ayer iniciaran las clases a distancia.
Sabe que mientras no haya consenso para que todas las escuelas retomen la modalidad presencial, ella seguirá haciendo malabares para que su hijo Sebastián curse el tercer grado de primaria y su hija Estefany el primer grado de preescolar.
Antes de las vacaciones de fin de año ella se encargó de que Sebastián se conectara desde su computadora puntualmente a las 8:00 horas, de lunes a viernes.
Supervisó que siguiera su clase en zoom hasta las 10:00 horas y que hiciera la tarea porque estaba de vacaciones.
Por la tarde hacía lo mismo con Estefany, quien sólo tiene clases una hora.
“El problema es que ya regresé a trabajar, me tuve que mudar de casa para que mi mamá me ayude encendiendo la computadora, pero estoy pensando muy seriamente sacarlo este año si es que no me acomodo, que vaya con algún maestro o maestra de manera particular”, una idea que volvió a considerar ayer, en el primer día de clases virtuales de este 2022.
A pesar de que Araceli es ama de casa y tiene el tiempo para estar al pendiente de las clases a distancia de su hijo Jonathan en quinto grado y de Santiago en primero, quien está en plena lectoescritura.
“Si para mí es pesado, no me imagino cómo es para una mujer lidiar con el estrés de volver del trabajo y revisar que se cumplan con las tareas”, opinó una madre que también anhela que ya se retomen las clases presenciales, pero por ahora en la escuela de sus hijos no hay una fecha definida.
Sin fecha para retorno masivo
Salvo las 3 mil 700 escuelas que ayer retomaron las clases presenciales en Oaxaca, 7 mil 572 aún no definen cuando cambiarán de la modalidad a distancia a la presencial.
El director de la Escuela Primaria Benito Juárez de Guadalupe Etla, Emiliano Canseco Díaz, reconoció que la falta de una fecha concreta se debe a que se espera la coordinación de la parte oficial y sanitaria, “porque en realidad la Secretaría de Educación Pública no da una instrucción clara de regresar, si no de consensar”.
En cuanto al criterio de las familias consideró que están divididos entre los que no quieren regresar a la modalidad presencial porque conocen los datos duros de los contagios, sus trabajos les permiten estar en casa y tienen los medios para la educación virtual, mientras que la otra parte piden que se abra la escuela porque por su situación laboral deben salir de casa y no tienen con quién dejar a sus hijos o que deben adquirir datos para que se puedan conectar desde su celular a las clases.
En cualquiera de los dos casos el maestro Emiliano reconoce la labor que realizan las madres de familia, puesto que la comunidad donde está la escuela que dirige, como en otras del resto del estado “son ellas las que tienen que estar pendientes de los niños, que se conecten y atiendan a los maestros o maestras”, lo que implica cumplir un doble rol y enfrentar una carga de trabajo que en ellas ha aumentado.
