Texto y fotos: Alexei García
“Yo creo que, como católicos, lo que nos enseñan es a querer nuestra religión; después viene lo que hacemos, lo hacemos con cariño y con respeto”, afirmó Sinaí, joven estudiante de licenciatura, cuya familia tiene tres generaciones dedicadas a vestir Niños Dios.
Su bisabuelo fue quien comenzó la tradición en el municipio de Ejutla de Crespo; “empezó a vestir a los niños porque él estaba en la iglesia y tenía su negocio ahí, luego se pasaron para el centro, por Crespo y ya después aquí”, aseveró en la zona de La Merced, en Oaxaca de Juárez.
“Nos dice que prosigamos con este trabajo y eso es lo que nos comenta, que lo hagamos con cariño sobre todo, porque eso es lo que nos enseña mucho él”, indicó Sinaí sobre su abuelo, quien lidera el negocio actualmente.
Una antigua tradición católica
En esta creencia, el Día de la Candelaria es la rememoración de la Purificación de la Virgen María; por lo tanto, se recuerda el momento en que María, junto con su hijo Jesús, se presenta en el templo con velas (candelas).
De acuerdo con Katia Perdigón Castañeda, en su tesis “Vestir al Niño Dios, un acercamiento a la celebración de la Candelaria, en el Distrito Federal”, en el año 1912 ya se menciona que el 6 de enero, aquel que descubra al “niño” en la Rosca de Reyes, “levantará al Niño Jesús el Día de la Candelaria”.
Una tradición de más de 50 años
Sinaí comenzó su inmersión a la actividad de vestir Niños Dios con lo básico: hilvanar, diseñar, cortar tela, cortar vestidos, cortar capas, saber tallas de huaraches, saber tallas de calzones y demás actividades iniciales.
Aseguró que el trato hacia estas representaciones del Niño Jesús deben realizarse con respeto; “para nosotros tiene otro significado la imagen; entonces, no es lo mismo tocar a un muñeco que tocar a un Niño Dios; es el respeto más que nada que se le debe tener”, puntualizó.
Sus padres ya han participado en esta actividad, por lo que ha llegado su momento, de él y de sus primos. Considera que su abuelo siente “mucho orgullo porque es un trabajo noble, honesto y sobre todo enorgullece bastante al catolicismo que nosotros practicamos y es un trabajo que ojalá se pueda mantener”.
Así han pasado ya más de 50 años en que esta familia se ha dedicado a vestir Niños Dios y esperan que las nuevas generaciones adopten esta tradición.
Las cifras
La llegada de los Niños Dios a este local empieza a partir del 22 de enero y termina el 4 de febrero. De acuerdo con los cálculos de Sinaí, durante esta temporada alta visten aproximadamente 400 figuras; además, por día viste de 10 a 15 representaciones de Jesús.
“Nosotros la confeccionamos, nosotros cortamos tela, nosotros todo hacemos aquí; de repente algunos diseños que ya son muy exóticos, esos ya se mandan a pedir, pero casi todo lo hacemos nosotros aquí”, expresó.
Cuando ya tienen la ropa y accesorios, tardan a lo máximo 10 minutos para poder vestir a los Niños Dios; pero las solicitudes aumentan el 2 de febrero, por lo que deben vestirlos en el menor tiempo posible e incluso para entregar en el mismo momento.
Los precios varían de acuerdo con el tamaño de las figuras, pero también de acuerdo con los detalles que lleva la vestimenta; “lo más barato podría ser 60, 80 pesos, un niño muy chiquito y lo más caro, ya muy elegante, pues podría ser un niño grande de 60 y ya sería de hasta 800 pesos”, declaró.
“Cuando ven sus niños ya, porque también reparamos, cuando ven sus niños reparados y les quedan como nuevos, pues te dicen que tienes manos de artista, así te llegan a decir; pero sí es muy bonito, es el agradecimiento que uno recibe de las personas”, finalizó.
Los más solicitados
- Bautizo
- Sagrado Corazón
- San José
- San Judas
- Niño Doctor
- Niño Cirujano
- Abundancia-Palomas
- Niño de las Uvas
Los menos solicitados
- Niño Nazareno
- Niño de los Milagros
- Niño del Desierto
22
de enero inician los pedidos
4
de febrero terminan
400
Niños Dios visten en esta temporada
10-15
Niños Dios visten diariamente
60-80
pesos, el precio más barato
800
pesos, el precio más caro
“Nos dice (nuestro abuelo) que prosigamos con este trabajo; que lo hagamos con cariño sobre todo, porque eso es lo que nos enseña mucho él”. Sinaí, Joven restauradora
"Cuando ven sus niños reparados y les quedan como nuevos, pues te dicen que tienes manos de artista; es muy bonito, es el agradecimiento que uno recibe de las personas”. Sinaí
Joven restauradora
