Citlalli López Velázquez
Durante tres meses la rectoría de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca presuntamente ha protegido al docente Geovany Cabrera Ramos denunciado por la estudiante Mari N. como deudor alimentario moroso.
Ante la denuncia de falta de acciones de la máxima casa de estudios, la estudiante teme represalias en su contra a su regreso a las clases.
“La universidad hasta el momento no ha hecho nada y yo temo no poder regresar a estudiar por las represalias que pueda haber en mi contra”, indicó.
El pasado jueves se llevó a cabo otra audiencia ante los juzgados familiares para poder fijar la pensión alimenticia sin embargo el docente no se presentó a la misma lo que establece el desinterés en asumir su responsabilidad.
Tras la denuncia pública realizada en su momento por la estudiante, con fecha del 22 de noviembre de 2021, la Dirección de Equidad y Género de la UABJO, que encabeza Niz Yamille Gómez Hernández, dirigió un oficio al rector Eduardo Bautista Martínez en el que informó de los hechos y alertó del riesgo de otras estudiantes ante la conducta del docente.
Pese a lo anterior la universidad dio carpetazo a la grave problemática; con ello violenta su propia política de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres establecido en el Programa de Igualdad de Género, y los alcance del Protocolo para la Prevención, Atención y Erradicación de la Discriminación, el Hostigamiento, Acoso Sexual y la Violencia en Contra de las Mujeres en la UABJO.
Cabrera Ramos fue denunciado el año pasado por Mari N. quien a partir del embarazo y maternidad tuvo que abandonar la escuela y ahora enfrenta todos los cuidados y manutención ante la negativa del catedrático en cumplir con la pensión alimenticia.
En su momento, la presidenta del Grupo de Estudios Sobre la Mujer Rosario Castellanos, Angélica Ayala Ortiz señaló que el caso de Geovany Cabrera Ramos habla del riesgo que enfrentan las estudiantes ante el acoso por parte de profesores sin ética que finalmente termina presionándolas sexualmente.
Lo anterior por sí mismo representa un acto de violencia que además desemboca en la deserción escolar de las estudiantes ya sea por la presión de los docentes o porque resultan con embarazos.
