Simitrio Robles Ibáñez
HEROICA CIUDAD DE TLAXIACO, Oaxaca.- La comunidad de Santo Tomás Ocotepec, Tlaxiaco, suspende por tercer año consecutivo la concentración masiva del carnaval, al que asisten más de seis mil personas disfrazadas, de las comunidades pertenecientes al municipio, así como radicados de la Ciudad de México, los Estados Unidos y el interior de la república; esta vez, la asamblea comunitaria decidió que agencias y parajes realicen su propio carnaval, con el fin de evitar contagios por la pandemia, tomando en cuenta las medidas sanitarias.
La comunidad de Nunuma Ocotepec ya prepara el carnaval conjuntamente con sus cinco parajes Nunuma, Centro, Nun'Ya kiti, Ya'Yucu, Ntoto y Duaa, debido a que el acuerdo tomado en asamblea comunitaria y el agente municipal de Nunuma, Roberto Donato Aparicio García, fue que la comunidad convocara a sus habitantes de cada paraje, integrando a todas las edades, hombres y mujeres.
Alfonso Donato Silva Cortés, integrante del comité del carnaval de Nunuma centro, explicó que la celebración carnavalesca se llevará a cabo los días 27 y 28 de febrero, cuando la participación de sus representativos será en los propios parajes de la comunidad y el 1 de marzo, la concentración de convivencia entre los cinco parajes y la agencia municipal, contando con un aproximado de 50 enmascarados por las medidas sanitarias.
Agregó que la agencia de Nunuma Ocotepec ya cuenta con su lienzo representativo del lugar para el martes de carnaval y cada lugar lleva su estandarte o bandera que los representa, ya que el traje es muy similar entre una comunidad y otra; a las 9 de la mañana se reúnen para tomar los sagrados alimentos, bailar por un momento y salir al recorrido bailando por calles y parajes; las personas los reciben en sus casas para darles algo de comer y continúan bailando al ritmo de la música de chilolos, hasta perderse en su regreso a su lugar de origen.
Añadió que el carnaval de Ocotepec cumple con un objetivo principal, de rendir tributo a la tierra, bendecir las nuevas semillas del maíz y el frijol ante la proximidad del tiempo de siembra; los disfrazados, en su mayoría los llamados “tatas”, tienen la fe de que el baile de la carne bendiga las semillas que serán cobijadas por la bendita tierra y será el fruto para el día de mañana para habitantes, familias y el compartimiento con los pueblos vecinos.
Recordó que antes de la pandemia, la concentración llegó a más de seis mil enmascarados; "ahora celebraremos por separado, sin perder la esperanza de que algún día nuestros pueblos vuelvan a unirse y que la participación de nuestras niñas y niños fortalezcan las raíces de nuestros pueblos a través de las costumbres, tradiciones y la cultura viva de los pueblos originarios", mencionó.
Silva Cortés dijo que este año no se mandaron hacer trajes nuevos debido a la falta de recursos económicos; los pobladores decidieron evitar gastos y solo recuperaron los trajes anteriores para adaptarlos a la medida.
