Sin proponérselo, a sus 67 años Eva demostró que era más resistente a las enfermedades que su esposo Gerardo, pero haberlo perdido en febrero de 2021 por la pandemia de COVID-19 la ha hecho experimentar episodios de depresión a los que trata de no poner atención.
“De repente me siento triste, sin ganas, hay momentos que sí, que me siento desesperada o muy cansada”, dice con una voz que suaviza para no hablar del dolor evidente por la ausencia física de su compañero de una vida a la que se sobrepone con la compañía de sus hijas y nietos.
Además de que es parte de los 25.9 millones de personas que, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM), tiene más de 53 años, Eva tiene dos de las tres enfermedades más comunes en este sector de la población: la diabetes que le diagnosticaron hace ocho años, a sus 61 años de edad, y la hipertensión.
Las mujeres tienden más a deprimirse
Este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Centro Médico de la Universidad de Texas (UTMB) presentaron los resultados de la sexta edición de la Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM), cuyos resultados revelan que la depresión mantuvo una prevalencia alta, sobre todo en las mujeres.
Son nueve síntomas depresivos sobre los que indaga la ENASEM, como preguntar a la persona si se sintió deprimida; si sintió que todo lo que hacía era un esfuerzo; si su sueño era intranquilo; si se sintió infeliz; si se sintió solo o sola; que no disfrutaba de la vida; si se sintió triste; con cansancio o con poca energía.
Fue el 25.3 por ciento de la población mayor de 53 años la que manifestó sentir síntomas depresivos, siendo los más frecuentes el cansancio, la tristeza y el sueño intranquilo.
Sentimientos de soledad aumentan
En un proyecto longitudinal, esta encuesta identificó además que entre el 12.6 por ciento de la población de 60 años y más que padeció COVID, la prevalencia de sentimientos de depresión aumentaron a 35.5 por ciento, cuando en 2018 era de 26.4 por ciento.
Además, se percibió un crecimiento de 4.4 puntos porcentuales entre la población de 60 años y más que sentía soledad al pasar del 35.4 por ciento a 39.8 por ciento.
La Directora del Instituto Nacional de Geriatría, Carmen García, quien participó ayer en la presentación de la ENASEM, aclaró que esta soledad percibida durante la vejez “no es por decisión propia”, si es por una sensación de abandono y de pérdida.
“Las familias se están transformando y cambiando”, asentó, a la vez que alertó que esta sensación de soledad tiene que ver inclusive con el aumento de la mortalidad, sobre todo por enfermedades cardiovasculares.
Prepararse para envejecer
Para la profesora del Centro Médico de la Universidad de Texas, Rebeca Wong, esta encuesta que en 2021 cumplió 20 años permite evaluar el impacto de COVID, sobre todo entender que hay personas adultas más resilientes o resistentes que se recuperaron y salieron mejor de un choque como el que se tuvo con la pandemia.
“Se puede envejecer más sano y con bienestar”, asentó, por lo que sugirió que optar por acciones de medicina preventiva preparan a la población, sobre todo adulta, para el próximo choque pandémico.
Aumentarán personas en vejez
Que de una de cada diez personas en el mundo con 60 años o más en el 2022 se pase a una de cada seis en 2050, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, es donde radica la importancia de este ejercicio estadístico que se vincula con la Encuesta de Evaluación Cognitiva (Encuesta Cognitiva), destacó la Presidenta del INEGI, Graciela Márquez.
Destacó que cerca del 90 por ciento de la población mayor de 53 años está satisfecha con su vida, pero son las mujeres que padecen en mayor proporción hipertensión, diabetes y artritis, lo que evidencia su “estado de salud más desventajoso” y que “la vejez representa una etapa compleja, pero más para las mujeres”.
Entre la población de 53 años en el 43.3 por ciento de los casos la hipertensión arterial está presente, mientras que la diabetes en el 25.6 por ciento y la artritis en el 10.7 por ciento.
La prevalencia autodeclarada fue diferencial por sexo: las mujeres reportaron mayores porcentajes en las principales enfermedades crónicodegenerativas.
Aunque desde antes de la pandemia Eva mantenía bajo control la diabetes e hipertensión con las que aprendió a vivir, desde que en 2021 recibe la pensión por viudez, debe acudir mensualmente a controles de vigilancia médica en su clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Ese requisito la obliga a detectar si hay un control en su salud, pero no ha alcanzado a cubrir el impacto en su salud mental de la que “de repente” habla con sus hijas.
“No me siento sola, mientras están mis hijas, pero si se van, si siente que me afecta”, una condición que antes de que muriera su esposo Gerardo no la experimentaba, pues ambos eran compañía uno del otro.
En México
25.9 millones de personas con 53 años o más
25.3 % experimentó síntomas depresivos
31.6 % es el porcentaje para las mujeres
17.7 % para los hombres
En 2021
89.9 % de las mujeres de 53 años en adelante
84.6 % de los hombres dentro del mismo rango recibieron al menos una dosis de vacuna contra la COVID-19
