La fiesta se adorna con guajolotitos de papel o carrizo bailados en el centro de la población. Las mujeres sostienen canastas de dulces que van regalando con alegría. Por la tarde, los hombres al frente del fogón, preparan el tradicional caldo en honor al Dulce Nombre de Jesús.
Así, de manera representativa y simbólica, la población de San Andrés Zautla mantuvo viva la tradicional fiesta del guajolote en medio de la pandemia por la COVID-19.
La celebración inició el pasado domingo. En esta ocasión solamente una representatividad de la población se dio cita para bailar. Los pobladores llevaban en mano el poleo, en lo alto los guajolotes y la banda tradicional retumbando al vaivén de las notas del "Jarabe del Valle", ése que evoca la cultura de los Valles Centrales.
San Andrés Zautla es una localidad ubicada en el distrito de Etla. Se sabe que los primeros habitantes se establecieron cerca del año 1380. Actualmente está habitada por más de 5 mil personas quienes han cuidado de mantener sus tradiciones.
La del Dulce Nombre de Jesús es una de las fiestas más importantes. Ésta se realiza el penúltimo domingo de enero. Sin pandemia, la fiesta dura una semana iniciando por la ramada que adorna el altar en la casa de la mayordomía. Los demás días se tienen actividades diversas hasta llegar el domingo, fecha en que después de bailar a los guajolotes - algunos de papel y carrizo, pero también de carne y hueso- se realiza la matanza de los animales para poder empezar a cocinarlos, labor que realizan exclusivamente los hombres de la localidad.
La preparación de este platillo tradicional dura más de diez horas. Los cazos hierven toda la noche para concentrar el inigualable sabor del caldo. Hasta antes de la presencia de la COVID-19, todo el pueblo llegaba a la casa de la mayordomía a degustar el platillo. En esta ocasión el caldo fue sólo para llevar.
Cabe recordar que fue a partir de la llegada de los españoles cuando dio inicio esta tradición, pues ellos introdujeron al país las imágenes religiosas, una de ellas la imagen de Jesús.
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