La familia Pérez Sandoval vive con el temor de que una tragedia ocurra, ya que desde hace dos años, la calle que colinda con su vivienda se empezó a desgajar y toda la tierra ha ingresado a una de las habitaciones.
Durante todo este tiempo, Juan Oswaldo Pérez se ha dedicado a recorrer las dependencias y visitar a los funcionarios del gobierno municipal de la ciudad de Oaxaca para que actúen y se evite una tragedia, pero no ha encontrado una respuesta positiva.
Él, junto con su familia, vive en la calle Tamaulipas número 104 en la colonia Lindavista, en la parte alta de la segunda sección.
Doña Hilda, la madre de Juan, narra que en el año de 1999 construyeron un cuartito de madera, luego de que su vivienda construída de adobe, sufriera daños con un sismo.
“El cuarto de adobe que teníamos sufrió daños con el temblor y en ese entonces Protección Civil le indicó a mi esposo, que pusiera un puntal de abajo hacia arriba, para que la barda no se derrumbara”.
Es por eso que la familia decidió construir en la parte de arriba un cuarto de madera, mismo que colinda con la calle. Durante 20 años la familia no tuvo problemas, el cuarto pasó a manos de la hija de doña Esther, quién junto con su bebé lo habitaron.
Pero en el 2020, con las lluvias y los movimientos telúricos, la tierra empezó a reblandecer y venirse abajo.
Un primer derrumbe afectó la madera del cuarto, fue entonces que Juan contactó al regidor de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Pavel Renato López Gómez a quién le expuso la problemática.
En aquel entonces, personal del ayuntamiento a cargo de Oswaldo García Jarquín arribó a la vivienda y realizaron la inspección correspondiente.
Prometieron a Juan que le entregarían el dictamen de Protección Civil para darle continuidad. Pero no pasó. “No me entregaron el dictamen porque según habían dado la orden de no darle seguimiento a mi caso”, dijo.
Le niegan la ayuda
La señora Hilda lamenta que las autoridades den largas a la situación, pese a que su familia cumple con pagar sus impuestos cada año.
Asegura que el ayuntamiento les ha pedido escrituras de la calle, pero no cuentan con eso, porque no es parte de su propiedad.
“Cómo voy a tener escrituras de la calle, yo tengo las de mi casa, pero siento que nada más son pretextos, ellos deben tener los planos de la ciudad”, dijo.
En la actualidad, la tierra ha invadido parte del cuarto de madera, por lo que hija y nieta de doña Hilda, han tenido que cambiarse a su cuarto. “Aunque estemos amontonados, prefiero eso a poner en riesgo su vida y la de mi nieta”.
Juan Pérez, quien se desempeña como bombero, asegura que son 17 metros de calle los que se están derrumbando y que de continuar así, varios vecinos podrían ser afectados, ya que la calle es el único medio para ingresar a sus viviendas.
Hace apenas dos días, Juan volvió a contactar de nueva cuenta al regidor Pavel López, quién a través de redes sociales convocó a la población a mandarle un mensaje si tenía algún trámite rezagado.
Pero a pesar de mandarle fotos y texto a su número personal, de nueva cuenta no hubo respuesta.
Ante esta y otras irregularidades, ya que las autoridades sólo han hecho dar vueltas a Juan, pues entre la agencia municipal y el municipio “se echan la bolita”; responsabilizó a las autoridades de cualquier cosa que pueda poner en riesgo la vida de su familia y la de los vecinos.
