En la festividad de la Virgen de la Candelaria, el arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos llamó ayer a los creyentes a abrazar la imagen del Dios Niño en los niños para que no les causen ningún daño
“Ojalá todos sean capaces de llenar ese corazón de los niños del amor de Dios que pasa a través de nosotros”, asentó.
Durante la homilía de la misa oficiada en la Catedral de Nuestra Señora de La Asunción, para conmemorar la presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén, el pastor religioso llamó a los padres o madres de familia entrar en el corazón de sus hijos y hacer sentir el amor divino, porque también pasa a través de ellos.
Además, pidió a los maestros miren con ternura, paciencia y misericordia al encontrarse con los niños, sin despreciar a nadie y sin hacer menos a nadie.
“Trátenlos con cariño y ayúdenles a aprender las ciencias y así se vayan llevando de conocimiento para que el día de mañana sirvan a la sociedad”, anotó.
Aunque, también convocó a los sacerdotes no causar ningún daño a los niños y así los puedan acercar a Dios.
“Así se podrá hacer realidad lo que alguna vez dijo el Señor ‘dejen que los niños ser acerquen a mí”, asentó.
Sin embargo, subrayó que los padres o madres de familia necesitan igualmente llevar a sus hijos a los templos para poder acercarlos a Dios y llenarse de su mensaje de salvación desde pequeños.
“Cómo quieren que los acerquemos a Dios, si no están aquí, si no vienen aquí. Nos hace mucha falta la presencia de los niños en las celebraciones litúrgicas”, agregó.
Destacó que los rostros de los jóvenes no los encuentran en los templos, porque andan por las calles durante las noches.
“Vemos ciertos lugares donde está una multitud de jóvenes en los famosos antros. El viernes y sábado, están lleno, no sé cómo entran, ni como salen, pero en estos espacios donde también deberían estar los jóvenes, no están”, añadió.
Vázquez Villalobos dijo que algunos creyentes quizá justifiquen la ausencia de los jóvenes porque los sacerdotes no hacen atractiva la vivencia del encuentro con Dios.
“Creo que debemos preguntar por qué los niños y jóvenes no vienen. O están esperando la ancianidad porque está cerca el encuentro con Dios y quieren estar en paz con Dios, aunque han dejado de encontrarse con Dios durante muchos años de la vida. Algo tienen que hacer todos desde la casa”, afirmó.
