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Reviven tradicional posada en el Mercado de Abasto de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Ana Lilia Pacheco

Ana Lilia Pacheco

Sobre la avenida Mercaderes, en el Mercado de Abasto de la capital oaxaqueña, se observa un grupo de niños, con cubrebocas y una bolsa de mandado, quienes rodean con emoción un pequeño pesebre integrado por las imágenes de José, María, el ángel Gabriel, así como un par de animales.

Conforme va pasando el tiempo, van llegando más niños y entre ellos, tres disfrazados de los migrantes más famosos de la historia y quienes por nueve días serán llamados “José”, “María” y “ángel”, aunque no sean sus verdaderos nombres.

Después de las seis de la tarde, Jaquelín Ruiz, quien es locataria y por más de 14 años ha organizado las posadas en el Mercado de Abasto, comienza a formar dos filas, una de niñas y otra de niños, para peregrinar entre puestos y locales hacia “la morada” donde pedirán posada.

Para Jacky, como le dicen niños y adultos del mercado, es importante no sólo preservar la parte de la posada y la comida, sino lo religioso, por lo que comienza una oración, además de explicar el significado de la Navidad.

Posterior a esto, al unísono, niñas y niños, desde los 3 hasta los 12 años de edad, comienzan a cantar villancicos como: Pastores a Belén, Campana sobre Campana, Los Peces en el Río.

Dar felicidad a los niños

Para Jacky y las madrinas de las nueve posadas que se organizan previo a la Navidad, es importante darle felicidad a los niños de los hijos de comerciantes, principalmente por el año difícil que ha sido por la pandemia de la COVID-19.

“El año pasado no pudimos organizar las posadas por la pandemia y este año quisimos reactivarlas porque han sido tiempos difíciles y creo que darles un poquito de felicidad a los niños, también nos hace sentirnos bien nosotras”, menciona Palmira Ortiz, una de las madrinas.

Tanto ella, como Haydeé Cruz y Miriam Ramírez, quienes son vecinas de locales en la zona húmeda del Mercado de Abasto y que decidieron dar posada a alrededor de 50 niños, desde que Jacky las invitó, no dudaron en aceptar colaborar.

Con el típico aguinaldo de dulces, medias tortas, ponche, jugos y hasta regalos para todas las edades, las tres madrinas acogieron a los peregrinos que recorrieron puestos de frutas, juguetes, verduras y demás productos que se ofertan en el mercado, hasta llegar al pasillo 5C.

"En el mercado protegemos a los niños"

Durante la peregrinación sólo se observaron a alrededor de cinco adultos y más de cincuenta niños, quienes se protegían entre ellos para no salirse de la fila y perderse de disfrutar los platillos típicos de las posadas.

Jacky asegura que aunque el Mercado de Abasto ha cobrado fama de ser un lugar inseguro, la realidad es que todos los locatarios conocen a los niños y en caso de que alguno se pierda en el camino, están para apoyarlos.

“Los niños ya saben que nosotros los protegemos y queremos mucho y saben que deben acercarse en caso de que se sientan violentados o perdidos; incluso muchos de nosotros nacimos y crecimos en el mercado y siempre ha sido así”, asegura.

Y es cierto, todos los niños al término de la posada, toman su morral lleno de todos los manjares que recibieron y regresan a los puestos de sus padres ubicados en la zona de rampas, avenida Mercaderes y zona húmeda.

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