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Resisten a la sequía con maíz nativo en Magdalena Apasco, Oaxaca

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Foto(s): Nadia Altamirano Díaz
Nadia Altamirano Díaz

La falta de lluvias pudo parar en seco el trabajo de preservar la semilla de maíz nativo blanco que heredó de su papá Francisco, pero cuando el panorama de siembra se ensombrecía, Ramiro Chávez Jiménez recibió un apoyo oficial que por años había esperado, pero que entendió debía dejar de pedir.

“Con los años ya me estaba rajando, pero recibí un apoyo de semillas mejoradas y fertilizantes que creo va a levantar la producción en un 40 por ciento”, estima un hombre de 75 años que se expresa con la vitalidad de un joven porque es el amor al campo lo que le rejuvenece los ánimos.

Como otros 114 productores de Magdalena Apasco, municipio de Valles Centrales que se ubica a 20 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, Ramiro recibió semilla mejorada, seis bultos de fertilizante, sobres de feromonas de confusión sexual para atrapar palomillas del gusano cogollero, microorganismos, micorrizas y algunos bioinsumos para proteger el crecimiento radicular del maíz y el cultivo de plagas.

 

Elevados costos

Adquirir esos productos por sí mismo, sería imposible, más en un año en el que septiembre no fue el más con más lluvia para ayudar al campo: “Hace más de 20 días que no cae agua, llueve por redondos, he platicado con otros productores y más allá está seco”, dice con una mirada que se pierde en un valle que pierde más área cultivable, la urbanización va ganando terreno porque es más viable vender una tierra para lotificar a trabajarla con más intensidad para que dé el propio alimento.

Pero fiel a la semilla que por más de 30 años ha conservado con las enseñanzas de su padre, Ramiro eligió la propia y demostró que no requiere un maíz híbrido o un criollo mejorado para incrementar el rendimiento si recibe asesoría técnica e insumos.

 

“Mi papá me enseñó que a la hora de la pizca se seleccionan y apartan las mazorcas más grandes para darles un secado especial, dándole vuelta con frecuencia, al menos una vez al día si cae agarra la lluvia, la mazorca debe estar tendida, asoleada con todo y totomoxtle. Sólo cuando está seca la deshojamos y se desgranan las que tienen los granos grandes, que no se vea medio arrugado, sino que esté bien lleno”, explica con la conciencia de que el conocimiento del campo es para compartirse.

 

Previsor, en cada cosecha debe llenar al menos seis costales que le representen 250 kilos de semilla que permitan una reserva para los malos años, como en 2021 que estuvo a punto de perderla  porque sembró tres veces y no llovía lo suficiente.

“Siembro la última semana de mayo o principios de junio confiando que si el tiempo se retira, ya no nace y se pierde la semilla. Se vuelve a esperar que caiga otra lluvia, y así, hasta que pegue”, este 2023 sembró la primera semana de junio y ha requerido tres riegos de 72 horas “sin parar” para levantar su cultivo.

 

Comparar rendimiento

Otras dos hectáreas las sembró con maíz híbrido que le entregó la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (Sefader) como parte del Programa Abasto Seguro y una vez que coseche ambas comparará rendimientos.

Un maíz criollo o nativo blanco con sistema de riego llega a producir 1.6 toneladas y con temporal entre 700 a 800 kilogramos, pero el incremento de costos de producción y la sequía influyen para que los productores no inviertan recursos para mejorar la fertilidad del suelo de su cultivo, por lo que cada año reduce la productividad en un 10 por ciento o más, estima el técnico del Programa de Abasto Seguro de la Sefade que asesora a Ramiro, Carlos Barragán García.

En este momento, en el que el gobierno del estado se ha puesto como meta lograr la autosuficiencia de maíz en Oaxaca, y justo ahora que por el cambio climático se enfrentan severos problemas de sequía, Carlos Barragán propone una pregunta colectiva que él mismo se responde:

“¿Los maíces nativos pueden contribuir a construir la tan anhelada autosuficiencia?, y mi respuesta es sí, que el potencial también es nativo y la amplia diversidad de razas de maíz, culturas, productoras y productores son un abanico de oportunidades y de aprendizaje para afrontar tan noble anhelo".

Tan sólo en este municipio son 194 hectáreas que se incorporaron al programa de Abasto Seguro, implementado para cubrir 25 mil hectáreas de las que obtendrían una producción conjunta de 150 mil toneladas de maíz.

 

El camino a la autosuficiencia

“Queremos lograr la autosuficiencia alimentaria, producir lo que se consume en Oaxaca, este año va a ser complejo porque hay mucha sequía, pero necesitamos cosechar y hacer cuentas”, admite el subsecretario de Seguridad Alimentaria de la Sefader, Flavio Aragón Cuevas.

La meta, agrega, es que con los bioinsumos, fertilizantes y semillas entregadas se logren cosechar seis toneladas por hectárea, “un rendimiento modesto si existen buenas condiciones de suelo y clima, porque se eligieron zonas de mediano y alto potencial en cien municipios”, principalmente de las regiones del Papaloapan, Istmo, Costa y Valles Centrales.

 

Otro reto en las estimaciones de rendimiento de este programa implementado por primera vez será saber cuántos productores eligieron quedarse con su maíz nativo o alguna otra variedad que con los años les han dado mejores resultados que el híbrido.

Cuando mira su parcela y con la ayuda de su hijo Alberto encuentra una planta con dos, tres o hasta cuatro mazorcas, Ramiro sabe que ha hecho muy bien su trabajo de hombre de campo: aferrarse a cuidar el maíz nativo que cada vez es más escaso. 

 

 

Los tipos

 59 razas de maíz  existen en el país

35 de ellas las posee Oaxaca



 

El dato

Cada raza de maíz se caracteriza por alguna variante en color y en sus materiales genéticos, los cuales están adaptados a las condiciones climáticas.

 

 

Para saber...

 114 productores en Magdalena Apasco

194 hectáreas se incorporaron al programa de Abasto Seguro



 

“Hace más de 20 días que no cae agua, llueve por redondos, he platicado con otros productores y más allá está seco”.

Ramiro Chávez Jiménez, agricultor


 

“Siembro la última semana de mayo o principios de junio confiando que si el tiempo se retira, ya no nace y se pierde la semilla. Se vuelve a esperar que caiga otra lluvia, y así, hasta que pegue”.

Ramiro Chávez Jiménez, agricultor


 

 

Principales productores

Papaloapan

Istmo

Costa

Valles Centrales

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