Nadia Altamirano Díaz
Junto con el celular y un juego de cocinita que Emari pidió a los Reyes Magos, hubiera querido recibir esta mañana unas agujas de mariposa para no sentir dolor cuando “le pican” para administrarle el medicamento contra la leucemia.
Pero su petición incluye un deseo que nadie puede cumplir: “Que ya no haya más cáncer”. Por esta enfermedad, Emari, como otros 171 pacientes pediátricos reciben atención en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña Doctor Guillermo Zárate Mijangos.
El hospital, que se ubica en San Bartolo Coyotepec y da atención a población sin seguridad social, reportó 79 nuevos ingresos de pacientes a quienes durante 2021 se les diagnosticó algún tipo de cáncer.
A Emari le diagnosticaron leucemia el 26 de noviembre de 2020 y el 3 de diciembre pasado completó sus primeras 40 semanas de tratamiento que hicieron que ella y su mamá Aidedé vivieran tres meses cerca del Hospital de la Niñez; después viajaban una vez a la semana de San Juan Achiutla, Tlaxiaco, en la Mixteca.
“Es muy triste leer que de ella misma sale un deseo así por el sufrimiento que ha tenido, pero también tengo mucha satisfacción y orgullo porque a su corta edad no sólo piensa en ella y es empática, pero me causa conflictos emocionales porque no se le puede cumplir su deseo como tal”, expresó Aideé.
Aunque ambas no saben la cifra exacta de niñas y niños con cáncer que han muerto durante 2021, si recuerdan los rostros que dejaron de ver o se enteraron de que ingresaron gravemente al área de urgencias del Hospital de la Niñez en una condición grave.
“Es muy duro conocerlos y después enterarte que están graves, porque en cualquier momento podemos estar en ese lugar y es muy doloroso”, pero lo más complicado para Aideé es explicarle por qué un niño o niña que sigue su tratamiento contra el cáncer muere.
“Le decimos que ella tiene que tomar su quimioterapia para recuperarse y cuando un niño muere, nos pregunta por qué si seguía su tratamiento; es difícil de explicar”, reconoce.
En los estudios más recientes que le realizaron a Aideé le detectaron enzimas en su hígado que le hacen requerir unas cápsulas que, junto con la vincristina, no está disponible en el hospital. Si su familia adquiere el medicamento o lo consigue con alguna fundación, Emari reduce las probabilidades de superar con éxito la leucemia.
