TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Aun cuando la Constitución Política de Estados Unidos Mexicanos establece que cada uno es libre de profesar la religión que más le convenga, sigue dándose la intolerancia religiosa, sobre todo en la comunidades donde se rigen por usos y costumbres.
En días recientes, Gilberto Díaz fue retenido en la comunidad de Berlín, municipio de Simojovel, Chiapas. Fue amarrado y pretendían quemarlo; su delito fue predicar el Evangelio. El 26 de agosto obtuvo su libertad, mediante un intercambio debido a su estado de salud por cinco cristianos, entre ellos dos mujeres; una es esposa de Gilberto.
La intolerancia religiosa está presente también en Oaxaca, principalmente en las comunidades donde predomina el sistema tradicional de usos y costumbres.
La profesora investigadora de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Ana Luz Ramos Soto, expuso en una de sus ponencias que en San Mateo del Mar, con una población de más de 15 mil habitantes, uno de los problemas que ha tenido durante décadas es la intolerancia religiosa, dado el tipo de gobierno que tiene.
En Oaxaca, alrededor del 72 por ciento de los municipios se gobiernan por el sistema normativo indígena de usos y costumbres, el resto por partidos políticos. En los usos y costumbres es la asamblea la que dicta los rumbos que han de seguir los municipios.
Explicó que en San Mateo del Mar, al tener un índice de población alta de analfabetismo que alcanza el 60 por ciento de su población, muchas veces toma decisiones que podrían no ser las adecuadas y es cuando se presta a la intolerancia religiosa.
La intolerancia religiosa se da cuando algún miembro de la comunidad cambia de culto católico apostólico romano a otro tipo de denominación como Evangélica, Testigo de Jehová, Mormón, entre otros, y cuando son elegidos como mayordomos de la fiesta del pueblo, pero no aceptan, son expulsados de la comunidad, quitándole todo lo que tiene, asegura el teólogo Eliseo López Estrada.
López Estrada expresa que desde las Leyes de Reforma en México, el artículo 24 constitucional establece que el estado laico protege la libertad de creencia de los ciudadanos, por lo que no se le puede impedir a nadie que profese la religión que más le agrade.
Precisa que todo indica que los gobiernos no asumen su función, pues todavía hay intolerancia religiosa, sobre todo, en las comunidades rurales, pues hay quienes son encarcelados y hasta atentan contra su vida al no sujetarse a las costumbres del pueblo, porque tienen definida su fe. La intolerancia religiosa está en todo el Istmo, mayormente donde predominan las costumbres y tradiciones de los pueblos.
Artículo 24:
Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohiban religión alguna.
